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Sagacidad para el bien e inocencia para el malMuestra

Sagacidad para el bien e inocencia para el mal

DÍA 3 DE 3

Inocencia para el mal.

Inocencia significa ingenuidad. Un ejemplo de esa inocencia con la que se le exhorta al creyente a andar, es la que se observa en un niño. Al respecto dice 1ra de Corintios 14:20:”Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar”. Notemos que Pablo por un lado les amonesta a que no sean niños, y por otro les manda que lo sean, pero en diferentes esferas. En lo que se refiere a la malicia, les dice que deben ser tan inocentes (ingenuos, ignorantes e inexpertos) como niños pequeños, pero en su manera de pensar tienen que ser personas maduras. Ser ingenuo es ser sencillo y sin mezcla. La palabra “ingenuo” significa literalmente “sin mezcla, sencillo”. Viene de un verbo que significa “mezclar, combinar, mezclar vino y agua” con el prefijo negativo, de modo que “no mezclado, no separado”. Significa sin “entremezclar el mal, libre de engaño, inocente, sencillo” (Thayer).

El creyente en su andar no debe cultivar ni consentir el mal. El creyente debe permanecer ajeno al mal. Ser ignorante e inexperto en el arte de hacer el mal. Las motivaciones del niño no están reñidas con el mal. Un niño pequeño no maquina el mal; él es sencillo, inocente y confiado, sin malicia en su corazón.

Esta actitud o disposición para observar y hacer el bien, y abstenerse de hacer el mal, necesita manifestarse en forma concreta, en nuestros hábitos y conductas, en tal sentido debemos:

- No pagar mal por mal, antes, por el contrario, procurar el bien de todos (1 Tesalonicenses 5:15). - Evitando siempre lo que no es bueno (1 Pedro 3:11).

- Abundando siempre en toda buena obra (2 Corintios 9:8; Efesios 2:10).

- Preparándose para toda buena obra (2 Timoteo 3:17). - Llevando fruto en toda buena obra (Colosenses 1:10).

- Procurando la madurez en la forma de pensar (1 Corintios 14:20), lo cual supone ser diestro en la palabra de Dios.

Estas dos facetas deben acompañar el andar del creyente cristiano. Por un lado, una clara e intencional dirección a concebir, procurar y hacer el bien y, por la otra, una actitud de ignorancia e ingenuidad en cuanto forjar, crear y hacer el mal. Somos llamados a "aborrecer lo malo, y seguir lo bueno" (Romanos 12:9). Se nos exhorta a ser adultos y maduros para hacer el bien, y niños e inexpertos para el mal.

¿Es usted deliberado e intencional en hacer el bien?, ¿Es proactivo en procurar el bien?, ¿Es ignorante en hacer el mal?, ¿Es un niño en la malicia y en maquinar iniquidades?




Escrituras

Día 2

Acerca de este Plan

Sagacidad para el bien e inocencia para el mal

La sagacidad para pensar y hacer el bien y la inocencia para concebir y accionar hacia el mal, son dos ingredientes necesarios en el andar cristiano. El creyente debe ser experto en concebir y hacer el bien, e inexperto ...

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/

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