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Sagacidad para el bien e inocencia para el malMuestra

Sagacidad para el bien e inocencia para el mal

DÍA 2 DE 3

Sagacidad para el bien

De acuerdo a la Biblia es claro que el hacer el bien para el creyente cristiano no es una opción, es un requisito inherente a su llamado y vocación. El creyente debe procurar activa, intencional y diligentemente, con proactividad, hacer el bien. Y no sólo reaccionar haciendo el bien que de él se demanda, cuando las circunstancias se lo exijan, sino que debe movilizarse y accionar deliberadamente y proactivamente para hacer el bien. No basta con no hacer mal, sino que debe involucrarse con intencionalidad en hacer bien. El cristiano debe ser sagaz para hacer el bien, vale decir, actuar con sabiduría y conocimiento para procurarlo.

Esta intencionalidad se nota en las palabras que Jesús dijo (Mateo 7:12), y que han quedado conceptualizada como la regla de oro: “Todas las cosas que queráis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos”.

La cultura negativa del hombre, ha tergiversado las palabras de Jesús al decir: “No hagas a los hombres (a los demás) lo que no quieres que te hagan a ti”. Pero eso es actuar por omisión, en sentido negativo. De tal forma que no hago mal, pero tampoco hago nada para procurar hacer el bien. Aceptar como válido este dicho popular equivale a vivir una vida casi inocua y neutra, que ni hace bien ni hace mal, lo cual es una manera elegante de decir que se carece de compromiso, responsabilidad, sensibilidad y solidaridad, y hasta de puede padecer de indolencia e indiferencia.

Esta filosofía de vida, ha creado una despersonalización de las relaciones humanas. La gente ha dejado de interesarse positiva y proactivamente por sus congéneres. Por el contrario, la Biblia nos exhorta a que “…según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos…” (Gálatas 6.10).

Actuar con sagacidad requiere asumir un compromiso para hacer el bien. El compromiso incluye la solidaridad y el apoyo en momentos de necesidad. Demanda salir, en ocasiones, de nuestra zona de confort y seguridad. Con frecuencia nos mueve a correr riesgos en beneficio de otras personas, como en el caso del buen samaritano (hay que reconocer que el buen samaritano pudo estar en peligro para poder ayudar). El compromiso puede llevarnos a tomar responsabilidad por el cuidado de otras personas, si las circunstancias en un momento determinado lo ameritan.

Por otra parte, la Biblia dice:"Y el que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado" (Santiago 4:17). Pecamos al no hacer lo bueno. No sólo pecamos al entregarnos a las cosas malas, sino también al dejar de hacer lo bueno, sabiéndolo hacer y teniendo la oportunidad de hacerlo. En otras palabras, Dios no solamente quiere que nos abstengamos del mal, sino también que hagamos lo bueno. El cristiano debe convertirse en un paladín del bien y la bondad.




Escrituras

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Sagacidad para el bien e inocencia para el mal

La sagacidad para pensar y hacer el bien y la inocencia para concebir y accionar hacia el mal, son dos ingredientes necesarios en el andar cristiano. El creyente debe ser experto en concebir y hacer el bien, e inexperto ...

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/

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