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DÍA 4 DE 5

Jesús y Zaqueo

«Bien, así es como lo haces. Tienes una dinámica en privado y otra en público». De niño, adolescente y joven adulto, aprendí a hacer lo que me daba aplausos y a ocultar lo que los demás no apreciaban. Mis logros me hacían destacar, pero por dentro me preguntaba qué pensaría la gente si conociera mi verdadero yo. El patrón continuó en la edad adulta.

La mayoría de nosotros interpretamos el papel y bailamos para que nos acepten. ¿No sería estupendo que pudiéramos ir a un lugar seguro donde solo ser quienes somos fuera suficiente? ¿Cómo encontramos esa gracia?

Veamos una historia conocida. De camino a Jerusalén, Jesús pasó por Jericó. Había ganado fama como maestro y sanador, grandes multitudes le seguían. Zaqueo, el principal recaudador de impuestos de la región, se había hecho muy rico robando a su propia gente. Su imagen pública era de una persona rica y poderosa; en privado, sin embargo, Zaqueo era un marginado. Intentó ver a Jesús, pero era demasiado bajo para ver por encima de la multitud. En el judaísmo del siglo I, ser bajo se consideraba un castigo de Dios; la baja estatura era una de las diversas deformidades físicas que impedían a una persona entrar en el Templo (Levítico 21:20).

Zaqueo fue corriendo y se subió a un árbol que había junto al camino, cuando Jesús pasó por allí, miró a Zaqueo y le llamó por su nombre (Zaqueo significa «puro»). De entre la multitud, Jesús eligió al estafador bajito que estaba convencido de que Dios le había rechazado.

Jesús insistió para ir a la casa de Zaqueo, fue como decirle: «Afirmo todo lo que eres. Tu reputación puede convertirse en mi reputación». Esa era la costumbre y todo el mundo lo entendió. La gente refunfuñó, pero Zaqueo llevó a Jesús a su casa con gran emoción y alegría. Estaba transformado, incluso se presentó ante el Señor y prometió dar la mitad de su riqueza a los pobres y devolver el cuádruple a quien hubiera estafado, mucho más de lo que exigía la Ley.

¿Por qué este cambio tan radical? Porque Zaqueo había experimentado a Jesús en lo más profundo de sus creencias. Jesús nunca abordó el pecado de Zaqueo, satisfizo la necesidad más profunda de Zaqueo y le concedió gracia. Eso es lo que la gracia hace también por nosotros. Cuando nos damos cuenta de que somos plenamente conocidos y aceptados por Jesús, somos transformados.

Escrituras

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Acerca de este Plan

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Queremos dar las gracias a Nick Stumbo, de Pure Desire Ministries en Troutdale, Oregón, y a El Centro Network por brindarnos este plan. Para más información, visita: https://puredesire.org/ y http://www.elcentronetwork.com

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