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Ama tu país

Puede ser mi imaginación pero me parece que nuestro país se polariza más cada año. Desde el punto de vista político, por supuesto, las temporadas de elección se vuelven más desagradables en cada ciclo, pero también desde el punto de vista social, económico, racial, y de género. Los manifestantes se hacen llamar: “La Resistencia”. Los jugadores de fútbol e incluso las porristas y miembros de banda, se arrodillan durante el himno nacional para mostrar su disgusto con el país.

Siempre habrá una brecha entre las altas expectativas con las cuales nuestro país fue fundado y la realidad actual de la vida diaria, pero eso no justifica el desprecio por los funcionarios electos. La obediencia de la ley no debería estar condicionada a que nos guste o no el partido político que dirige el Congreso.

Cristo y los apóstoles vivieron en un sistema político que era por mucho menos libre que el nuestro, y nos modelaron la forma cristiana de vida cívica: “Respeten a todos. Amen a los hermanos. Teman a Dios y respeten al rey” (1 Pedro 2:17). La tierra de Israel, pequeña y débil en su tiempo, no había sido un país independiente por siglos, pero la iglesia de Dios floreció de cualquier forma. El Imperio Romano aunque a menudo violento y corrupto, brindó algunas oportunidades significativas para que la iglesia creciera. Un gobierno defectuoso es mejor que el caos.

Piensa en cuántos cristianos hoy viven en países más oprimidos que el nuestro y aún así Dios no está llamando a los creyentes allí a iniciar una revolución política. Dado que somos ciudadanos de un reino eterno en el cielo, no tenemos que tratar de obtenerlo todo ahora.