GuerreroMuestra

Como guerrero, estás librando la batalla espiritual no por la victoria, sino para la victoria.

Dios ya ganó la guerra en Cristo. Él te ha dado todo lo que necesitas en Cristo para ver Su victoria vivida en cada batalla en la que entras. Pero eso plantea la pregunta:

¿Si la guerra ya está ganada y tenemos todo lo que necesitamos para las batallas individuales, por qué no más cristianos experimentan la victoria espiritual?

El enemigo sale victorioso en nuestras vidas porque le estamos cediendo el poder al no estar de pie firmes en nuestra identidad en Jesucristo. Estamos fallando en permanecer firmemente en la unión que éramos diseñado para tener con Cristo, bajo Su liderazgo.

Como vemos en el pasaje de hoy, Jesucristo mantiene todas las cosas juntas. Por lo tanto, si te desmoronas, es el resultado de que no te mantienes firme con Jesús en unión con Él. Nuestra unión con Cristo es esencial para nuestra victoria sobre el gobierno de Satanás en nuestras vidas.

Nosotros estamos en Él y con Él.

Cuando Jesucristo murió, morimos con Él. Cuando Cristo resucitó, nos levantamos con Él. Cuando Cristo estaba sentado a la diestra del Padre, nosotros estábamos sentados con Él (Efesios 2:6). En otras palabras, fuimos hechos para funcionar en unión con Cristo. Jesús ya venció a Satanás. Y estás en unión con Él.

Dios te ha dado todo lo que necesitas para ver Su victoria manifestada en tu propia vida. El medio por el cual vemos esa victoria es a través de la armadura de Dios. Y así como tú no te vistes parcialmente cuando te despiertas por la mañana antes de salir por la puerta, Dios tampoco quiere que estés parcialmente vestido espiritualmente.

En Efesios 6:10-20, Pablo da instrucciones claras sobre un guardarropa específico que es necesario que no solo usemos, sino que también lo tengamos empacado y listo para que lo recojamos y nos pongamos si vamos a tener una guerra espiritual como tal guerrero victorioso.