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Santa La Noche: Devocional de AdvientoMuestra

Santa La Noche: Devocional de Adviento

DÍA 14 DE 25

La emoción que produce la presencia de Jesús

Por Danny Saavedra

"Pocos días después, María fue de prisa a la zona montañosa de Judea, al pueblodonde vivía Zacarías. Entró en la casa y saludó a Elizabeth. Al escuchar el saludo de María, el bebé de Elizabeth saltó en su vientre y Elizabeth se llenó del Espíritu Santo.Elizabeth dio un grito de alegría y le exclamó a María: —Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y tu hijo es bendito. ¿Por qué tengo este honor, que la madre de mi Señor venga a visitarme? Cuando escuché tu saludo, el bebé saltó de alegría en mi vientre. Eres bendita porque creíste que el Señor haría lo que te dijo" (Lucas 1:39–45 NTV.

Pocos pasajes en la Biblia me llenan de tanta emoción como esta área de las Escrituras. Imagina la escena conmigo por un momento. . . Tan pronto como el ángel Gabriel le dio a María la asombrosa, milagrosa y revolucionaria noticia de que daría a luz al tan esperado Mesías, Maria comenzó a empacar para ir a visitar a su prima Elizabet, quien también estaba embarazada pues el ángel así se lo dijo.

Unos días después, Maria llegó y saludó a su prima. Y tan pronto como la voz de María llegó a los oídos de Elizabet, sucedió algo milagroso y sorprendente: el bebé "saltó de alegría" en su vientre. Solo con el sonido de la voz de María, el Juan no nacido, quien un día bautizaría al Jesús no nacido, saltó dentro de ella. ¿No es esto asombroso?

Al particular, el teólogo Matthew Poole señaló: "El movimiento del niño en el vientre de la madre. . . no es algo inusual. . . Pero sin duda esta moción era más que ordinaria". Es probable que Elizabet hubiera sentido a Juan pateando o moviéndose en su vientre antes, pero nunca así. ¡Esto era adoración dentro del útero! Era como cuando David en 2 Samuel 6:14 (NTV) "bailó delante del Señor con todas sus fuerzas". ¡Solo que esta vez tuvo lugar en el vientre de Elizabet! En ese momento, a través del poder del Espíritu Santo, Elizabet reconoció que el salto ocurrió porque estaba en la presencia del Señor, el Hijo de Dios, el Mesías y Redentor. La emoción de la esperanza que toda la creación había anhelado estaba allí con ellos. ¡Y eso hizo que Juan, y a su vez Elizabet, se regocijaran!

Y así, ella exclamó emocionada: "¿Por qué me siento tan honrada de que la madre de mi Señor me visite?" Me encanta cómo la versión de la Nueva Traducción Viviente de la Biblia traduce este versículo: "¿Y quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme?"

Cada vez que leo este pasaje, me conmuevo hasta las lágrimas. ¿Te imaginas lo que Elizabet debe haber sentido cuando el Espíritu Santo le reveló que el Salvador del mundo estaba en el vientre de su prima? Me acuerdo de Simeón, quien al ver a Jesús tuvo el honor de sostener al Mesías recién nacido en sus brazos y dijo: "Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos" (Lucas 2: 30-31 NVI).

Hay un gozo que no podemos describir con palabras cuando experimentamos la presencia de Jesús. Hay una plenitud, una paz y una emoción que nos hace estallar en celebración y alabanza pura y sin vergüenza. Las cadenas se rompen, las cargas desaparecen, la curación sucede, la oscuridad huye y los cansados encuentran descanso. ¡No hay nada igual en todo el mundo!

Como creyentes, podemos vivir en esta realidad todos los días. Ruego que nunca perdamos la maravilla, el asombro y el gozo de vivir cada momento en la presencia del Señor a través del Espíritu Santo que mora en nosotros. Ruego que nunca demos por sentada Su presencia, y que recibamos continua y diariamente una nueva llenura de Su Espíritu.

Amigos, a medida que nos acercamos a la Navidad, una fiesta donde las luces festivas llenan nuestras ciudades, ruego que nosotros, que llevamos la presencia del Redentor dentro de cada uno, brillemos cada vez más con la luz de Cristo, de manera que todos los que nos rodean puedan "ver [nuestras] buenas obras y glorificar a [nuestro] Padre que está en los cielos" (Mateo 5:16 NVI).

Pausa: ¿Por qué Juan pateó y saltó en el vientre de Elizabeth de la manera en que lo hizo cuando llegó María? ¿Qué lección podemos sacar de este encuentro?

Practica: Al igual que María lo hizo durante su embarazo, llevamos la presencia de Dios dentro de nosotros dondequiera que vamos, permitiéndonos compartir la luz, el amor y la paz de Jesús con todos con los que entramos en contacto. ¡Llevamos el glorioso don de Dios dentro de nosotros, un regalo que todos hemos sido llamados a compartir con el mundo! Entonces, ¿qué estás haciendo con esto? ¿Qué sucede cuando entras en una habitación? ¿Cómo reaccionan las personas cuando se encuentran contigo o escuchan tu voz? ¿Es evidente para ellos la presencia tangible del Señor dentro de ti?

Ora: Padre, ayúdame a hacer brillar la luz de Jesús y llevar la esperanza de Jesús dondequiera que vaya, ¡para que aquellos que están cansados puedan venir a regocijarse y alabar Tu santo nombre! Lléname diariamente con el Espíritu y dame el poder para ser Tu embajador ante los que me rodean. Amén.

Día 13Día 15

Acerca de este Plan

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Nos gustaría agradecer a Calvary Chapel Ft. Lauderdale por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://resources.calvaryftl.org/

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