La Biblia en un AñoMuestra

Reflexión: COMO HIJOS OBEDIENTES

"Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo" (1 Pedro 1:14-16).

Como hijos obedientes... Qué orgullo provoca en el corazón de un padre, ver la obediencia de su hijo.
¿Te podés imaginar la expresión del Padre cuando dijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”?

Hay una satisfacción que desborda del corazón cuando se observa que se respeta y se cumple con las enseñanzas de un padre. Como hijos suyos, esa sumisión a los designios del Padre nos lleva, entre otras cosas, a ser santos. Si hablamos de santidad tenemos que mencionar que existe una que es instantánea y otra, progresiva. Una que se desata con tan solo recibir a Cristo en tu corazón, y otra que va moldeando tu carácter a lo largo de tu caminar en las cosas del Señor.

Seguramente recuerdes cómo era tu vida pasada y cómo fue transformada cuando conociste a Jesús. En realidad Dios hizo un cambio radical, instantáneo; seguramente modificó tu manera de pensar y actuar. Luego, con el correr de los años, el Espíritu Santo anhela que crezcamos en todas las áreas hasta conseguir la santidad que hubo en Cristo Jesús.

¡Es tiempo de tomar decisiones firmes y abandonar aquellas costumbres que empañan tu santidad!

Meditá en tu corazón: ¿En qué ámbitos debes permitir que el Espíritu Santo trabaje? Ora a Dios, pídele ayuda y déjate transformar por Él.