Un Acto De AmorMuestra

Reflejos de Autenticidad

"Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ese recibiréis." Juan 5:43

En la vida cotidiana, podemos observamos la verdad que Jesús revela en este pasaje. Con frecuencia, encontramos situaciones donde no hallamos un tema en común con otros o sentimos que incluso no encajamos.

Aveces nos preguntamos por qué no encontramos afinidad con ciertas personas, incluso dudamos de nosotros mismos, pensando que algo está mal. Sin embargo, la respuesta está en este versículo.

Somos enviados por el Padre y, por ello, no siempre somos bien recibidos por las estructuras y convenciones de la sociedad. Como creyentes, poseemos una autenticidad que no proviene de las normas humanas, sino de Dios.

Podria estar segura, que si no estuviéramos en él, hallaríamos temas y gustos similares con estas personas, porque en ese caso no estaríamos siendo enviados por el Padre, sino que estaríamos en el mundo por nuestra propia cuenta.

Incluso podemos ilustrar esta situación con un ejemplo bíblico. Cuando Jesús iba a ser crucificado, Pilato consultó al pueblo para saber a quién debían crucificar. El pueblo eligió a Jesús, a pesar de que Barrabás, el otro prisionero, era un ladrón.

¿Es justo que un ladrón como Barrabás tuviera la posibilidad de vivir, mientras que un hombre inocente como Jesús debía morir? A primera vista, esto parece completamente injusto. Sin embargo, esta decisión refleja una profunda verdad: Jesús venía en nombre de su Padre, mientras que Barrabás venía en su propio nombre. La diferencia en sus orígenes y propósitos influyó en la recepción que cada uno recibió.