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Hermosamente Rendida

DÍA 8 DE 36

La Mujer Cananea: Gran Fe

Lectura: Mateo 15:21–28

DEVOCIONAL: Mateo 15:28

Entonces respondió Jesús: —¡Mujer, grande es tu fe! Hágase contigo como quieres.* Y su hija fue sanada desde aquella hora.

Cuando nuestros seres queridos están sufriendo, enfermos o necesitan un milagro, nuestras oraciones por ellos suelen ser más apasionadas y determinadas que las oraciones por nosotras mismas. En nuestra compasión y amor, invocamos el nombre de Jesús para sanar, restaurar y consolar hasta que nuestras palabras se agoten de modo que todo lo que podamos hacer sea susurrar: “Por favor, Jesús”.

No es difícil ponerse en el lugar de la mujer cananea. No necesitamos enfrentar exactamente las mismas circunstancias para saber lo que se siente estar desesperada por una respuesta de Dios a nuestras oraciones. Cuando parece que se ha perdido la esperanza y que ninguna de las soluciones del mundo resolverán el problema, nuestras oraciones se vuelven implacables.

La narración en las Escrituras de hoy es un poco confusa de entender al principio, especialmente en comparación con algunos de los otros pasajes que hemos leído donde Jesús hace todo lo posible para mostrar compasión. Los discípulos querían ignorar a la mujer por completo. Jesús incluso inicialmente le dijo que Él había sido enviado solo a los judíos. Sin embargo, ella continuó rogando, inclinándose ante Jesús, sabiendo que Él podía ayudarla, incluso si le daba solo una pequeña cantidad de gracia.

La mujer entendió la respuesta de Jesús, sus comentarios acerca de ser enviado solo a los de la casa de Israel. Sin embargo, su fe era tan grande que sabía, sin duda, que incluso los restos del poder de Jesús serían suficientes para sanar a su hija. Aunque a muchos judíos se les había dicho de la venida del Mesías, ignoraron las señales y se negaron a creer que Jesús era el Cristo, el Salvador del mundo. Pero esta mujer, una gentil, reconoció a Jesús por lo que Él es. Fue por la gran fe de la mujer que Jesús sanó a su hija.

Tal vez te identifiques profundamente con la madre en esta historia, desesperada por oraciones contestadas en favor de tu hijo o alguien a quien amas. Tal vez sea en su incansable búsqueda de Jesús donde te ves a ti misma, luchando por acercarte a Él cuando las preocupaciones del mundo tratan de alejarte. Tal vez te alienta que Jesús la vio, la escuchó y reconoció su fe en lugar de descartarla debido a sus antecedentes. A Jesús le encanta ver nuestra fe, y Él está dispuesto y es capaz de ayudar. A menudo son nuestros profundos gritos de fe, los momentos en que estamos tan desesperadas que no podemos confiar en nada más que en Él, que Él nos responde de la manera más milagrosa.

Acerca de este Plan

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“¿Por qué mi vida es tan difícil? Pensé que al convertirme al cristianismo todos mis problemas desaparecerían”, estas y mas preguntas que nos hacemos a diario estarán siendo exploradas en este estudio de seis semanas, exploraremos muchas de las historias más conocidas de mujeres en la Biblia y te invitamos a desarrollar una apreciación especial sobre el camino que recorrieron, mientras comenzamos a ver sus vidas desde una nueva perspectiva.

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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://lovegodgreatly.com/spanish