Hermosamente RendidaMuestra

Ana: Pidiendo lo Imposible
Lectura: 1 Samuel 1:1—2:11
DEVOCIONAL: 1 Samuel 1:27–28
Por este niño oraba, y el Señor me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también al Señor; todos los días que viva, será del Señor. Y adoró allí al Señor.
Ana era una mujer de gran fe que experimentó un gran dolor, y también un gran favor del Señor. El esposo de Ana la amaba mucho, más de lo que amaba a su otra esposa, Penina. Como resultado de este favoritismo, Penina hizo todo lo posible para humillar a Ana, recordando constantemente la única cosa que puso a Penina por encima de Ana en su familia y en su comunidad: los niños.
Ana estaba desconsolada. Había pasado otro año y su sueño de tener hijos aún no se había cumplido. En lugar de ahogar las penas en la comida o la bebida, en lugar de buscar consejos o soluciones de otras mujeres, o distraerse con las actividades del festival, Ana pasó tiempo en oración.
Mientras oraba, Ana le pidió a Dios lo que su corazón más deseaba. Ella podría haberle pedido a Dios que cambiara el corazón de Penina o que la rescatara de quien la atormentaba, pero ese no era el deseo de su corazón. Ana estaba tan desesperada por un hijo que iba ante el Señor llorando en silenciosa y reiterada oración. Ella pidió un hijo y prometió dedicarlo al Señor.
Dios escuchó sus oraciones desesperadas y le dio un hijo. Un hijo que serviría a Dios todos los días de su vida. Un hijo que ella criaría solo hasta que él tuviera, a lo sumo, cinco años. Un hijo llamado Samuel que sería un profeta y líder espiritual de Israel, ungiendo a los dos primeros reyes de Israel, Saúl y David.
Lo que parecía imposible para Ana era posible para Dios (¡Ella tendría cinco hijos más después de Samuel!). Ana oró tan desesperadamente que el sacerdote pensó que estaba borracha. Su fe no fue eclipsada por su dolor. Con fe, Ana le pidió a Dios el mayor deseo de su corazón. Con fe, Ana cumplió su promesa de devolver a su hijo para servir al Señor. Con fe, Ana alabó a Dios y le dio toda la gloria.
En lugar de centrarse en cómo cambiaron sus circunstancias, Ana declaró que encontró gozo en el Señor, en quién es Él y en lo que pudo hacer. Ana escribió una canción de alabanza que impactó al pueblo de Dios durante generaciones. Cuando Dios hace lo que parece imposible en tu vida, ¿eres pronta a ofrecer alabanza, como lo hizo Ana? Hoy, tómate el tiempo para recordar y alabar a Dios por Su fidelidad, independientemente de cómo se vean tus circunstancias.
Acerca de este Plan

“¿Por qué mi vida es tan difícil? Pensé que al convertirme al cristianismo todos mis problemas desaparecerían”, estas y mas preguntas que nos hacemos a diario estarán siendo exploradas en este estudio de seis semanas, exploraremos muchas de las historias más conocidas de mujeres en la Biblia y te invitamos a desarrollar una apreciación especial sobre el camino que recorrieron, mientras comenzamos a ver sus vidas desde una nueva perspectiva.
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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://lovegodgreatly.com/spanish
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