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Hermosamente Rendida

DÍA 23 DE 36

La Viuda Pobre: Dando Todo a Dios

Lectura: Marcos 12:41–44

DEVOCIONAL: Marcos 12:43–44

"Entonces llamó a sus discípulos y les dijo: —Os aseguro que esta viuda pobre ha depositado en el arca más cantidad que todos los demás, porque ellos han echado de lo que les sobra, pero ella ha echado todo cuanto en su pobreza tenía, todo su sustento."

En el templo de Jerusalén había trece cajas de colecta, cada una con forma de trompeta. Cada caja estaba etiquetada según el tipo de ofrenda que recogía. Algunas eran para el pago de animales de sacrificio, mientras que otras eran para los impuestos requeridos. Varias fueron marcadas para recoger la ofrenda voluntaria de aquellos que podían dar lo que disponían. Las monedas depositadas irían a un tesoro donde serían recogidas y llevadas al templo.

De toda la gente que habría estado en el patio del templo, de todas las cajas de colecta, Jesús reconoció la contribución de una viuda: dos moneditas. Las cajas de recolección estaban todas en el Patio de las Mujeres, el área donde se permitía estar a las mujeres, fuera de los patios interiores del templo y del templo mismo. Jesús tenía la libertad de enseñar en cualquier parte del templo, pero Él se colocó intencionalmente allí, donde tanto mujeres como hombres eran bienvenidos.

Cada lepta, o moneda de cobre, que la viuda colocaba en la caja de ofrendas equivalía a seis minutos de trabajo diario. Era todo lo que tenía, y casi no tenía valor, sin embargo, fue honrada públicamente por Jesús, quien reconoció el valor de su ofrenda. Por fe, la viuda dio todo lo que tenía, en comparación con aquellos que dieron de sus riquezas y tenían más en reserva.

La viuda le dio todo a Dios. Cuando amamos mucho a Dios, también podemos darle todo. Podemos honrar a Dios dándole lo mejor de nuestro tiempo, lo mejor de nuestros talentos y toda nuestra adoración y alabanza. Cuando nos sentimos pequeñas e insignificantes pero aun así elegimos servir a Dios, Él es glorificado. Si bien hay muchas maneras de dar y servir a Dios, como ofrecer nuestro tiempo o talento como voluntarias, Dios nos pide que demos financieramente. La ofrenda de la viuda nos muestra que no importa cuánto podamos dar, Dios es honrado por nuestro sacrificio. Cuando damos a Su reino, sin importar la cantidad, lo glorificamos a Él y al sacrificio que hizo por nosotras en la cruz.

A Jesús no le importa cuánto tienes para dar. Él se preocupa de que des todo lo que tienes a Dios, con alegría, generosidad y con todo tu corazón. Como la viuda, cuando damos lo que podemos dar al Señor, podemos estar seguras de que Él ve nuestro regalo y lo usará para Su gloria. Lo que le des al Señor nunca será desperdiciado.

Acerca de este Plan

Hermosamente Rendida

“¿Por qué mi vida es tan difícil? Pensé que al convertirme al cristianismo todos mis problemas desaparecerían”, estas y mas preguntas que nos hacemos a diario estarán siendo exploradas en este estudio de seis semanas, exploraremos muchas de las historias más conocidas de mujeres en la Biblia y te invitamos a desarrollar una apreciación especial sobre el camino que recorrieron, mientras comenzamos a ver sus vidas desde una nueva perspectiva.

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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://lovegodgreatly.com/spanish