Hermosamente RendidaMuestra

Débora: Alabando a Dios por la Victoria
Lectura: Jueces 4:1—5:9
DEVOCIONAL: Jueces 5:3, 9
¡Oíd, reyes! ¡Escuchad, príncipes!
Yo cantaré al Señor,
cantaré salmos al Señor, el Dios de Israel.
Mi corazón es para vosotros, jefes de Israel,
para los que voluntariamente os ofrecisteis entre el pueblo.
¡Load al Señor!
Débora era una líder, jueza y profetisa respetada en Israel que entendía claramente lo que Dios había puesto en marcha. Un enemigo se estaba levantando contra Israel, y Débora sabía lo que había que hacer para ganar la batalla.
Sin dudarlo, Debora ordenó a Barak que tomara un ejército y se encontrara con el enemigo en la batalla. Dios se aseguraría de que Sísara, el general del ejército enemigo, y sus hombres estuvieran en el lugar correcto, en el momento adecuado, y Dios le daría a Barak la victoria. Sin embargo, el ejército de Sísara era poderoso, y Barak no iría a la batalla a menos que Débora, la líder de Israel designada por Dios en ese momento, fuera con él.
La victoria en la batalla siempre iba a ser de Dios, pero el honor que su pueblo se ganaba dependía de su fe. Barak no se ganaría la distinción de ser el hombre que derrotó a Sísara. Ese honor ahora pertenecería a una mujer llamada Jael, una mujer cuyo esposo se había separado del pueblo de Dios. Una mujer que, con fuerza de cuerpo y carácter, usaría las herramientas disponibles para ponerse del lado de Israel y hacer su parte para cumplir el plan de Dios.
Después de que la batalla fue ganada, Débora y Barak ofrecieron una canción a Dios en alabanza por su victoria. Dios los había guiado y salvado de sus enemigos. Sólo Él había ganado la batalla, y recibió grandes alabanzas de Su pueblo.
Cuando experimentamos la victoria o el éxito, ¿a quién le damos la gloria y la alabanza? ¿Nos vemos a nosotras mismas como el personaje principal de la historia, el héroe que salva el día? Débora sirvió, juzgó y dirigió como el Señor lo ordenó. Y cuando obtuvo la victoria, ella solo alabó a Dios por la victoria que Él le había dado a Su pueblo. Sólo Él recibió la gloria.
Nada, ni nuestros roles, ni nuestras circunstancias, ni nuestra capacidad, se interpondrá en el camino de Dios en la batalla. Cuando llegue ese día de victoria, podemos amar a Dios en grande por todo lo que ha hecho, dándole toda la gloria.
Acerca de este Plan

“¿Por qué mi vida es tan difícil? Pensé que al convertirme al cristianismo todos mis problemas desaparecerían”, estas y mas preguntas que nos hacemos a diario estarán siendo exploradas en este estudio de seis semanas, exploraremos muchas de las historias más conocidas de mujeres en la Biblia y te invitamos a desarrollar una apreciación especial sobre el camino que recorrieron, mientras comenzamos a ver sus vidas desde una nueva perspectiva.
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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://lovegodgreatly.com/spanish
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