Hermosamente RendidaMuestra

Febe: Usando Dones Únicos

Lectura: Romanos 16:1–2; 1 Corintios 12:12–26

DEVOCIONAL: 1 Corintios 12:12

Porque del mismo modo que el cuerpo es una unidad, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, forman un solo cuerpo, así también Cristo es uno solo.

En su carta a los Romanos, Pablo reconoció por su nombre a varias personas que estaban haciendo un trabajo importante para el Señor. Estas menciones hicieron que la carta fuera personal y honrara a aquellos cuyo servicio pudo haber pasado desapercibido o no reconocido. Pablo incluyó creyentes de diferentes caminos, clases sociales, razas y géneros, con gran unidad en la diversidad.

Pablo le pidió a la iglesia en Roma que le diera la bienvenida a Febe, porque ella había sido de gran ayuda para él. Algunos eruditos sugieren que Febe fue la encargada de confianza de Pablo para entregar una carta que él escribió a la iglesia en Roma. A pesar de que hay incertidumbre en el rol específico de ella en la iglesia primitiva, su fe y servicio, no su título fue de impacto para el ministerio de Pablo.

Febe encontró maneras de usar los dones que Dios le había dado para servir al reino. Ella tenía talentos únicos y los usó para servir a Pablo y a la iglesia primitiva. Aunque Febe sólo aparece en unos pocos versículos del Nuevo Testamento, su trabajo por el evangelio no fue insignificante. Al igual que Febe, el pueblo de Dios puede tener un impacto increíble en la difusión del evangelio cuando utilizamos los dones únicos que Él nos ha dado a cada una.

La primera carta a los Corintios, en su capítulo 12, describe a la iglesia como un cuerpo humano para mostrarnos por qué es necesaria cada persona y su don único. Si todo el cuerpo fuese una sola cosa: un ojo, un oído, un pie, un brazo, sería inútil. Es necesaria cada parte, desde el órgano más grande hasta el hueso más pequeño, con las conexiones más mínimas, con una comunicación brillante y colaboración intencional para permitir que el cuerpo funcione. Cada miembro de la iglesia tiene un don único, especialmente alineado a su temperamento, su descendencia y experiencias. No necesitamos comparar nuestros dones con los de los demás, porque cada miembro del cuerpo de Cristo es único, valioso e irremplazable.

Dios te diseñó para ser un hermoso miembro del cuerpo de Cristo. Sin ti y tus dones únicos, el cuerpo de Cristo no funcionará a su máximo potencial.

Tómate un tiempo hoy para enumerar los dones que Dios te ha dado y, en oración, pídele que te revele dónde y cómo quiere que le sirvas con esos dones. Luego, estad atenta a las oportunidades únicas que Dios te brinda mientras das pasos de fe para servir, liderar, enseñar, animar y amar a Su pueblo de la manera que exclusivamente Él te diseñó para hacerlo.