Hermosamente RendidaMuestra

Raquel: Dios Escuchó Sus Ruegos
Lectura: Génesis 29:31—30:24
DEVOCIONAL: Génesis 30:22–24
Y se acordó Dios de Raquel, la oyó Dios y le abrió la matriz. 23 Concibió, pues, ella y dio a luz un hijo. Y exclamó:
—Dios ha quitado mi afrenta.
Y le puso por nombre José, y dijo:
—¡Quiera el Señor darme un hijo más
No hay nada que podamos hacer para interrumpir los planes de Dios, pero a veces nuestras decisiones hacen que las cosas sean más complicadas. En nuestra lectura de hoy nos encontramos con Raquel y Lea, esposas de Jacob. Jacob había hecho lo suyo con la manipulación. Trató de ‘ayudar a Dios a cumplir Su plan’ engañando a su hermano Esaú, para quedarse con su primogenitura y la bendición de su padre. Para huir de la ira de Esaú, Jacob viajó a Harán para encontrar una esposa entre las hijas de su tío Labán.
Cuando Jacob llegó, vio a Raquel en el pozo, se enamoró de ella y se ofreció a trabajar para Labán durante siete años a cambio de casarse con ella. En la fiesta de bodas, Labán engañó a Jacob y le dio a Lea, la hija mayor de Labán, en su lugar. Jacob se casó con Raquel también una semana después y luego continuó trabajando siete años más para Labán por su segunda novia. (¡El drama!)
Raquel era amada por Jacob; Lea no lo era. El Señor tuvo compasión de Lea y le permitió tener cuatro hijos. Celosa de la creciente familia de su hermana, Raquel intentó construir una familia a través de su sirvienta, que tuvo dos hijos para Jacob. Pero entonces la sierva de Lea le dio a Jacob dos hijos, y la misma Lea dio a luz a dos niños más. No fue sino hasta después de que nació el undécimo hijo de Jacob que la Escritura dice: "Se acordó Dios de Raquel" y ella tuvo un hijo propio, llamado José.
A diferencia de la historia de Ana, no hay mención de Raquel orando, derramando su corazón a Dios, o trabajando para tener fe en medio de su sufrimiento. En cambio, le dijo a su esposo: "¡Dame hijos o moriré!" (Génesis 30:1). Incluso en el desorden, Dios seguía siendo una parte activa de su historia. Dios le prestó atención y le dio un hijo propio. Después de que nació su primer hijo, Raquel declaró que Dios había escuchado sus oraciones. Dios es el héroe, no Raquel, ni sus débiles planes ni su esposo. Dios escuchó su llanto, y sólo Él recibió la gloria.
Dios también escucha nuestro llanto. Incluso cuando pensamos que nuestro camino o nuestros tiempos son mejores. Incluso cuando actuamos por miedo en lugar de fe. Dios tiene un propósito para nuestras vidas, y nuestros intentos de atajos y desvíos no descarrilarán lo que Él ha planeado. Humillémonos bajo la mano de Aquel que escucha nuestro llanto, entregando todas nuestras preocupaciones, confiando en Su tiempo y Su respuesta.
Acerca de este Plan

“¿Por qué mi vida es tan difícil? Pensé que al convertirme al cristianismo todos mis problemas desaparecerían”, estas y mas preguntas que nos hacemos a diario estarán siendo exploradas en este estudio de seis semanas, exploraremos muchas de las historias más conocidas de mujeres en la Biblia y te invitamos a desarrollar una apreciación especial sobre el camino que recorrieron, mientras comenzamos a ver sus vidas desde una nueva perspectiva.
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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://lovegodgreatly.com/spanish
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