Hermoso NombreMuestra

Puede que te preguntes: «Si Jesús está vivo ahora mismo, ¿por qué no podemos ir a verlo?» ¡Muy buena pregunta! Uno de los discípulos de Jesús preguntó lo mismo. Tomás no estaba ahí cuando Jesús se apareció a los demás discípulos. Cuando le contaron a Tomás que Jesús estaba vivo, no se lo creía y quería ver a Jesús con sus propios ojos.

Más tarde, Jesús fue a los discípulos de nuevo y habló con Tomás: «Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino hombre de fe». Tomás le dijo: «¡Señor mío y Dios mío!»

Después de que Jesús muriese, su cuerpo fue llevado a una tumba. Cuando resucitó, la tumba estaba vacía. Durante 40 días después de la resurrección de Jesús, los discípulos lo vieron, hablaron y comieron con Él. La Biblia dice que más de 500 personas vieron que Jesús estaba vivo.

Entonces Jesús ascendió al cielo y los discípulos se quedaron observándolo hasta que una nube lo cubrió y lo perdieron de vista. La Biblia dice que Jesús se sentó a la derecha de Dios. Ahí es donde Jesús está ahora, pero no es el final de la historia. Jesús prometió que el Espíritu Santo vendría a habitar en nosotros.

No podemos visitar a Jesús en persona. No está escondido en un lugar especial donde la gente espera haciendo cola para verlo, pero Jesús mandó al Espíritu Santo para estar siempre con nosotros. Jesús dijo que siempre estaría con nosotros. El Espíritu Santo, el poder de Dios, el mismo poder que levantó a Jesús de entre los muertos, ¡vive en nosotros! Somos un pueblo de resurrección, levantados de la muerte causada por nuestro pecado a la vida en Jesucristo.