La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022Muestra

PERO…

Durante una de las muchas y graves hambrunas en Irlanda, un cierto número de familias escribió una carta a su arrendador diciéndole que no tenían dinero para pagar su renta y le rogaban que les condonara sus deudas. El casero era Canon Andrew Robert Fausset, nacido cerca de Enniskillen, condado de Fermanagh Irlanda, en 1821. Durante 50 años fue párroco de St. Cuthbert, York en Inglaterra.

Canon Fausset escribió una carta respondiendo a sus arrendatarios en la que explicaba que era prácticamente imposible reducirles sus deudas porque sentaría un mal precedente. Tenían que pagar hasta el último centavo.

*«Pero –*escribió- adjunto algo que podrá ayudarles». Era un cheque por una gran suma de dinero que cubría la totalidad de sus deudas.

Sus corazones tuvieron que saltar de gozo al leer la palabra «*pero*». «*Pero*» es una palabra poderosa cuando uno enfrenta problemas, pruebas y tentaciones.

Salmos 31:9-18

En tribulación… «PERO confío en ti»

Nadie puede andar por la vida sin enfrentar problemas. Si el ejemplo de David es algo a tener en cuenta, cualquiera en una posición de liderazgo enfrentará más que los demás.

David estaba en problemas: «… el dolor está acabando con mis ojos, con mi alma, ¡con mi cuerpo!» (v.9b). Enfrentaba desafíos espirituales, mentales y físicos.

Enfrentaba «angustias», «dolores», «lamentos», «debilidades», «enemigos», fue el «hazmerreir» de sus vecinos, enfrentó quebranto, «terror», conspiración y complots (vv.9-13).

No obstante, en medio de la situación fue capaz de decir: «Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: “Tú eres mi Dios. Mi vida entera está en tus manos”» (vv.14-15a). Confiaba en el «gran amor» de Dios (v.16). En ocasiones, cuando las cosas marchan mal, es difícil creer que Dios realmente te ama. Pero Él sí te ama. David clamaba pidiendo ayuda porque confiaba en que Dios lo libraría.

Es durante los tiempos difíciles que el objeto en el que confías se pone realmente a prueba. Pero, como escribió Henry Ford, «Cuando todo parece estar en tu contra, recuerda que el aeroplano levanta vuelo en contra del viento, no a su favor». Confía en que Dios obra para el bien de los que lo aman, aquellos que han sido llamados conforme a su propósito (ver Romanos 8:28).

Señor, en todos los desafíos que tengo por delante, ayúdame a confiar en ti. «Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: “Tú eres mi Dios. Mi vida entera está en tus manos”. \[…\] Que irradie tu faz sobre tu siervo; por tu gran amor, sálvame. Señor, no permitas que me avergüencen, porque a ti he clamado» (Salmo 31:14b-17a).

Marcos 14:17-42

En la prueba… «pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú»

A veces puede que enfrentes dificultades en la vida no por hacer algo mal sino porque estás obrando bien. Todos enfrentaremos pruebas, tribulaciones y tentaciones. Pero no estás solo. Jesús mismo nunca hizo nada malo y aun así enfrentó grandes pruebas, tribulaciones y tentaciones, más que nadie en la historia humana.

• Deslealtad

La lealtad es una maravillosa cualidad. La lealtad de amigos y colegas es alentadora, edificante y reafirmante en tiempos de tribulación, pruebas y tentaciones. La deslealtad es decepcionante.

Jesús había pasado tres años con doce personas a quienes amaba; había vivido con ellas y las había capacitado. Pero aun así tuvo que decirles: «…uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar» (v.18). Es horrible ser traicionado por un enemigo o un conocido. Pero ser traicionado por un amigo es casi insoportable.

• Decepción

No solo uno de sus discípulos lo traicionó sino que también todo el resto huyó (v.27). De nuevo, esto debe haber sido una gran decepción para Jesús. Eran sus amigos más cercanos pero en el momento de la tribulación huyeron, aun Pedro quien era un líder tan fuerte. Aunque Pedro estaba absolutamente determinado a no negar a Jesús, en su momento renegó de él.

• Angustia

Al aproximarse al terrible momento, Jesús «comenzó a sentir temor y tristeza» (v.33b). Dijo: «Es tal la angustia que me invade que me siento morir» (v.34a).

• Muerte

Observamos previamente (ver BEAU, día 60) el trasfondo del Antiguo Testamento sobre la copa de la ira de Dios contra el pecado. Al pasar entre sus discípulos la copa, Jesús dijo: «Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos» (v.24). Más adelante, en el Getsemaní, oró así: «No me hagas beber este trago amargo» (v.36a).

Además, «derramada por muchos» (v.24b) remite a Isaías 53, «porque derramó su vida hasta la muerte» (Isaías 53:12b). Jesús sabía que enfrentaba un sufrimiento inimaginable, cargando el pecado del mundo sobre sus hombros y derramando su sangre por nosotros.

De nuevo, para entender esto de manera más completa, necesitamos referirnos al trasfondo del Antiguo Testamento. En nuestro pasaje de hoy del Antiguo Testamento, dos veces leemos que «la vida de toda criatura está en la sangre» (Levítico 17:11,14). «…la propiciación se hace por medio de la sangre» (v.11c). En otras palabras, es «vida por vida» (Éxodo 21:23). Jesús dio su vida por nosotros.

Cada vez que tomes el cuerpo y la sangre en la comunión, medita en su gran amor, su sacrificio y su muerte por ti. Recibe de nuevo su perdón, misericordia, gracia y favor. Consagra tu vida de nuevo a Él y dile: «…pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

Jesús, al enfrentar deslealtad, decepción, angustia y muerte, puso su confianza en su amoroso Padre celestial, diciendo: «…pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú» (Marcos 14.36c). Sabía que Dios era su Padre perfecto, a quien podía dirigirse como «Abba, Padre» (v.36a), una forma íntima de dirigirse a Él, casi como decir «Papito» o «Papá».

Es consciente de que Dios es todopoderoso. En muchos sentidos, quiere escapar de ese «trago amargo» (v.36b). No obstante, confía en que Dios sabe qué es lo mejor y se dispone a someterse a Su voluntad. Es el ejemplo supremo para nosotros cuando tenemos temor de lo que yace por delante.

El contraste entre Jesús y sus discípulos sería divertido si no fuera por el contexto. No se enfrentan a nada remotamente parecido a aquello con lo que él se enfrentaba. Pero ni siquiera pudieron mantenerse despiertos para apoyarlo en oración: se quedaron dormidos... Debo decir que simpatizo con ellos. A menudo me resulta difícil permanecer despierto.

Jesús dice: «Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil» (v.38). Esto suele ser cierto sobre mí, frente al desafío de orar más: «El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».

Gracias, Padre, porque yo también puedo dirigirme a ti como «Abba» y poner mi confianza en Ti. Pido en oración por todos los planes que tengo por delante, de modo que «no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú» (v.36). Ayúdame a poner tu voluntad por encima de la mía.

Levítico 17:1-18:30

En tentación… «PERO tú…»

Los israelitas enfrentaban gran tentación debido a la inmoralidad sexual y las actividades de las personas que los rodeaban. No obstante Dios habló a su pueblo sobre la forma en que debían vivir: «Ustedes obedezcan mis estatutos y preceptos» (Levítico 18:26a).

Escuché la siguiente historia verídica: Le preguntaron a una mujer «¿Qué es lo mejor de tener 104 años de edad?». Ella respondió: «No tener la presión de tus pares».

Suele haber una tentación de conformarse a la presión de los pares y seguir los parámetros de quienes nos rodean. Un aspecto donde hay gran presión para amoldarnos es en la moralidad sexual.

En tal contexto Dios le dice a su pueblo: «No sigan las costumbres de Egipto, país en el cual vivieron. No sigan las costumbres de Canaán, país al cual voy a llevarlos, ni vivan conforme a sus leyes. Cumplan mis decretos; pongan en práctica mis leyes; vivan conforme a ellos. Yo soy el Señor su Dios» (vv.2-4, DHH).

Al igual que los antiguos israelitas, vivimos en una cultura que tiene una ética sexual muy distinta a la de Dios. Él quiere que guardes su precioso don del sexo y no te veas arrastrado siguiendo a quienes te rodean. Asegúrate de seguir los caminos de Dios. Si lo haces, en vez de perderla, ciertamente hallarás la vida, «pues todo el que los practique [los decretos y las leyes de Dios] vivirá por ellos» (v.5).

El pueblo de Dios está llamado a ser diferente. San Pablo escribió: «No se amolden al mundo actual» (Romanos 12:2a). Este llamado a ser distintos se remonta directamente a los primeros tiempos del pueblo de Dios (Levítico 18).

En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo enumera algunas de las actividades (incluyendo actividades sexuales) en las que algunos cristianos habían estado involucrados antes de su conversión. De nuevo, usa esta poderosa palabra «pero»: «Pero [ustedes] ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios» (1 Corintios 6:11). Por lo tanto, debes vivir de manera diferente.

Señor, ayúdame a no amoldarme a los parámetros de quienes me rodean. En cambio, ayúdame a guardar tus decretos y tus leyes. Ayúdame a honrarte con todo mi ser: mi cuerpo, mi mente y mi corazón.

Pippa Adds

Pippa añade:

Marcos 14:34

Jesús, el líder y el amigo de los discípulos, acababa de decirles que estaba desesperado. Ellos no lo entendieron. Me gustaría pensar que yo lo hubiera hecho mejor, pero probablemente no. El espíritu suele estar dispuesto pero la carne es débil. Y, en ocasiones, el espíritu tampoco está dispuesto. Afortunadamente, el Espíritu Santo cambió a los discípulos y por eso también puede cambiarme a mí.

References

Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)

Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.