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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

DÍA 70 DE 365

Maravilla sorprendente



El obispo Sandy Millar nos contó de una ocasión cuando caminaba junto a la playa y notó cómo la arena se había revuelto por las pisadas de aquellos que habían pasado por allí antes que él. A la mañana siguiente, las huellas habían sido totalmente borradas por el mar. Sintió que Jesús le decía: «Esa es una imagen del perdón».

El perdón de Jesucristo es como si el registro de las cosas malas en nuestra vida fuera limpiado por completo.

El perdón nunca resulta fácil. Todos sabemos cuán duro es perdonar a los demás. No obstante, a menudo suponemos que el perdón de Dios es casi automático. En su lecho de muerte, la emperatriz Catalina la Grande de Rusia (1729-1796) expresó: «Seré una autócrata: ese es mi estilo. Y el buen Señor me perdonará: ese es el suyo».

En el pasaje de hoy vemos el alto costo y la enorme bendición que implican el perdón de Dios. Como señaló P. T. Forsyth: primero tenemos que conocer la «desesperación de la culpa», luego podemos apreciar «la maravilla asombrosa del perdón».

Salmos 32:1-11



Experimenta el alivio del perdón


¿Alguna vez te resultó difícil perdonar a los demás o aun perdonarte a ti mismo por algo que hiciste? La clave para perdonar a los demás y a ti mismo es saber lo mucho que Dios te ha perdonado. La gente perdonada, perdona.


Como señaló C. S. Lewis: «Ser cristiano significa perdonar lo inexcusable porque Dios ha perdonado lo inexcusable que hay en ti». En cuanto a lo que respecta a perdonarnos a nosotros, escribió: «i Dios nos perdona, también nosotros debemos perdonarnos. No hacerlo sería casi como situar nuestro juicio por encima del suyo».


Por medio de Jesús Dios ha hecho que el perdón pleno esté disponible para ti y para mí. En este salmo vemos la enorme diferencia que produce el perdón de Dios.



  • Ser liberado de la mano juzgadora


David describe la agonía espiritual de no ser perdonado: «Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí» (vv.3-4).



  • Transparencia para con Dios


El camino hacia el perdón es sencillamente acudir al Señor sin máscaras ni simulaciones: «Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: “Voy a confesar mis transgresiones al Señor”, y tú perdonaste mi maldad y mi pecado» (v.5).



  • Un nuevo comienzo


David describe la enorme bendición de saber que somos perdonados: «Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño» (vv.1-2).


Imagina que en nuestros calendarios y agendas se registraran no solo nuestros compromisos y reuniones sino también todos nuestros pecados. Los primeros dos versículos de este salmo nos dan tres imágenes de lo que Dios hace. Primero, «el Señor no toma en cuenta» tus pecados (v.2). Obra como si no existieran.


Segundo, «se le borran» (v.1). Es como si Dios tomara un borrador celestial y eliminara los registros pecaminosos de tu calendario. Tercero, «se le perdonan» (v.1a). Literalmente esa palabra significa «quitar» o «llevar lejos». Las páginas relacionadas con tus pecados son arrancadas y destruidas. Se te ofrece un nuevo comienzo.


El apóstol Pablo cita este salmo como evidencia de que por medio de la muerte de Jesús por ti, Dios te acredita justicia por la fe y ese perdón no es algo que puedas adquirir por las buenas obras (ver Romanos 4:6-8). Mediante la cruz, Dios te restaura a una relación justa con Él. Por lo tanto, puedes orar a él (Salmo 32:6a). Él se convierte en tu «refugio» (v.7a). Te protege del peligro (v.7b). Te guía (v.8) y su amor te «envuelve» (v.10).


Esto no se obtiene por buenas acciones. Llega a la persona que confía en él por la fe (v.10). Una comprensión adecuada del Antiguo Testamento muestra que el sendero hacia el perdón es el arrepentimiento y la fe.


El perdón no es una razón para pecar sino un incentivo para no pecar. Queremos permanecer en el camino de Dios. Él promete guiarte: «Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir» (v.8).


Él no quiere que seas alguien difícil de guiar como un caballo o una mula, que deben controlarse con el estribo y la rienda (v.9). Quiere que evites el dolor que implica resistir al Espíritu Santo. Si sigues el impulso del Espíritu Santo evitarás el dolor innecesario. Dios desea que oigas su voz diariamente, atiendas Su instrucción, camines en Sus caminos y confíes en Su amor.



Señor, gracias por morir en la cruz por mí para que pudiera conocer el alivio del perdón. Lamento las cosas malas que he cometido en mi vida… Por favor perdóname.


Marcos 15:33-47



Agradece a Jesús por pagar el precio del perdón



Aparta tiempo hoy para dar gracias a Jesús por haber muerto por ti. Pagó un alto precio por tu perdón. El perdón no resulta fácil, pero Jesús lo hizo posible.



  • Jesús murió en la cruz por ti


Algunos sugieren que Jesús no murió realmente en la cruz sino que se recuperó en el ambiente fresco de la tumba.


No obstante, Pilato verificó «si hacía mucho que había muerto» (v.44b). El centurión que había supervisado la crucifixión confirmó que Jesús estaba realmente muerto. Los soldados romanos eran expertos en realizar crucifixiones. El centurión hubiera enfrentado un castigo grave si dejaba que un prisionero huyera.


José de Arimatea «bajó el cuerpo, lo envolvió en una sábana que había comprado, y lo puso en un sepulcro cavado en la roca» (v.46). José hubiera notado si Jesús seguía vivo y respiraba. No hubiera sepultado a un Jesús vivo.



  • Jesús fue «olvidado por Dios» debido a nuestros pecados


«…quedó toda la tierra en oscuridad» (v.33). Jesús clamó: «Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?» (v.34a). Marcos retiene las palabras originales de Jesús en arameo, que significan: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (v.34b). como hemos visto antes en la Biblia en un año, esta es una cita del Salmo 22 que concluye con una gran victoria (ver BEAU, día 46).



  • Jesús abrió el camino para el perdón y el acceso a la presencia de Dios


El velo del templo (ver el pasaje de hoy del Antiguo Testamento, Levítico 24:3), que separaba a la gente de la presencia de Dios, fue partido en dos de forma sobrenatural por Dios desde arriba hasta abajo. Tenía 18 metros de alto y, al menos 3 centímetros de grosor. El hecho de que fuera partido desde arriba hacia abajo (donde los humanos no podían alcanzar) enfatiza que fue Dios quien causó que se partiera.


Esto simbolizaba el hecho de que mediante la muerte de Jesús se te da acceso a Dios porque tus pecados son perdonados. Dios te acredita justicia y nos concede a ti y a mí el inmenso privilegio de una relación íntima con Él.



Dios, gracias porque el Señor Jesús «me amó y dio su vida por mí» (Gálatas 2.20). Gracias porque ahora puedo entrar en Tu presencia con valentía y confianza en Tu nombre.


Levítico 23:1-24:23



Comprende que el perdón es obtenido no por nosotros sino para nosotros


En el Antiguo Testamento vemos la seriedad con la que se trata al pecado. No es una cuestión trivial. Y el perdón no es algo que deba darse por sentado.


La justicia exigía una equivalencia: «Vida por vida» (24:18); «fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente» (v.20). Esto nunca se pensó para las relaciones personales sino para los tribunales de justicia a fin de evitar una escalada de violencia.


Mostraba la necesidad de la adecuación de un castigo por el pecado (incidentalmente estaba bajo la ley de blasfemia, vv.10-16, por la que Jesús mismo fue condenado a muerte como vimos en Marcos 14:64).


De nuevo, en este pasaje vemos la anticipación de la muerte de Jesús. El perdón de pecados requiere sacrificio, exige un cordero. El cordero debe ser perfecto, «sin defecto» (Levítico 23:12).


Como hemos visto (BEAU, días 43 y 66), San Pablo describe a Jesús como «nuestro Cordero pascual, [quien] ya ha sido sacrificado» (1 Corintios 5:7).


No podemos ganar el perdón. En el día del Perdón, «se hace expiación por ustedes» (Levítico 23:28). No lo hacemos nosotros sino que se hace para nosotros. Es la enseñanza radical y revolucionaria de toda la Biblia. Cuando entiendes cómo fue posible el perdón a través de Jesús, es algo que te deja boquiabierto y transforma totalmente tu vida.



Señor Jesús, gracias porque me has hecho libre de todas estas leyes del Antiguo Testamento. Gracias porque eres el «Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29). Gracias por haber hecho posible el perdón para mí. Gracias por la maravilla sorprendente de tu perdón que transforma mi vida aquí y en la eternidad.


Pippa Adds



Pippa añade:


Marcos 15:40–41


En un momento tan crucial en la historia, cuando Jesús derrotaba a los poderes de las tinieblas, todos sus discípulos y muchos seguidores lo abandonaron. Pero las mujeres estuvieron allí junto a la cruz. ¡Qué valentía y lealtad! En una cultura donde las mujeres parecían ser prácticamente ignoradas, Jesús las dignificó: «Además había allí muchas otras que habían subido con él a Jerusalén» (Marcos 15:41). ¡Se percibe un movimiento!



References



**Notas:**

C. S. Lewis, citado en Philip Yancey, *Gracia divina vs. Condena humana*, (Editorial Vida, 1998) , 2013)

Acerca de este Plan

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selecció...

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Nos gustaría agradecer a Nicky Gumbel por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://alpha.org

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