FalsificaciónMuestra

La verdadera fe es una fe de todos los días, no de algunas veces. Es una relación creciente con Jesús que influye en tu forma de actuar y de pensar mientras Él te guía a diario por la vida, tanto en los momentos importantes como en los intrascendentes. En este salmo, el escritor habla de centrarse en el amor de Dios cada mañana. De la misma manera, una fe diaria para nosotros consiste en adquirir el hábito de acudir a Dios, de hablar con Él, de centrarse en su carácter y de escucharlo con regularidad. 

Hoy, piensa en una medida de acción que puedas tomar para que tu fe pase de ser una fe de "cuando me conviene" a una fe real, auténtica y diaria.