No Compres La MentiraMuestra

Compramos la mentira cuando no vemos más allá de nuestra necesidad

Esaú grita: “¡Me muero de hambre!”. Pero, ¿Realmente se estaba muriendo? Su necesidad le pintaba una imagen de desesperación. Compró la mentira de sus emociones y del enemigo que lo quería desviar. Por su necesidad, vendió la herencia espiritual de su vida. 

Enfocarnos en un dolor, en una necesidad o en una emoción momentánea, nos llevará siempre a comprar mentiras. La incertidumbre, la desesperación en medio de la necesidad, nos llevará a tomar decisiones incorrectas que nos desconectarán del plan y el propósito de Dios para nuestra vida. Por eso no compres la mentira y no vendas tu primogenitura. Dios tiene para ti algo mucho más grande que un plato de guiso, y cuanto eso representa para tu vida. 

En Efesios 1:3-14 podemos leer acerca de nuestra primogenitura dada por Cristo Jesús. 

Este pasaje nos menciona todas las riquezas que encontramos en ella: 

• Hemos recibido toda bendición espiritual.

• Tenemos el honor de ser escogidos en Él. 

• Fuimos adoptados en su familia.

• Recibimos la aceptación de Dios en Cristo Jesús.

• La redención de nuestra esclavitud al pecado.

• El perdón verdadero, eterno y total. 

• Las riquezas de la gracia de Dios. 

• La revelación y el conocimiento del misterio de la voluntad de Dios para nuestras vidas. 

• El sello y la garantía, que es el Espíritu Santo que mora en nosotros. 

Para vivir constantemente sin comprar la mentira, debemos pararnos firmes en la palabra de Dios, debemos vivir por convicciones en lugar de vivir basados en nuestras emociones y debemos aprender a discernir qué es una mentira. 

¡No compres la mentira! No vendas tu propósito por algo que te va a satisfacer momentáneamente. Un placer, un alivio y un descanso momentáneos. La imagen que el enemigo te presenta no se compara con la realidad. Pero te tengo una noticia, la imagen que Dios te presenta tampoco se compara con la realidad a futuro, porque Él hace mucho más por nosotros  de cuanto podemos pedir, pensar o imaginar. 

Oración: Padre, te pido que me ayudes a ver más allá de mi necesidad. Levanta mi mirada para ver tu plan y tu propósito. Gracias por todo lo que tengo en ti. No quiero menospreciarlo. Ayúdame a pararme sobre tu verdad, vivir por convicciones y aprender día a día a discernir las mentiras. Amén.