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El Peligro Del OrgulloMuestra

El Peligro Del Orgullo

DÍA 11 DE 14

Mentalidad de la Humildad (Parte 1)


Por Danny Saavedra


“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.”—Filipenses 2:5-7 (RVR 1960)


En los próximos cuatro días estaremos recorriendo uno de los pasajes más poderosos que encontrarás en toda la Biblia, así como una de las descripciones más hermosas del carácter y del corazón de Jesucristo. Aquí, el apóstol Pablo nos muestra cómo Cristo es el ejemplo máximo de como llevar una vida con propósito y abundancia, una vida que honra al Padre. ¿Y cuál es la cualidad que lo perfecciona? ¡La humildad!


Pablo comienza implorándonos que permitamos que la mente de Cristo esté en nosotros. La palabra griega para esta frase es phroneó, que implica una opinión personal que se convierte en una acción. De acuerdo a la Biblia HELPS, “esta idea es difícil de traducir porque combina los aspectos viscerales y cognitivos del pensamiento”. Por lo tanto, la idea es que esta mentalidad de Cristo, la misma manera humilde y centrada en los demás, debe convertirse tanto en un conocimiento intelectual como en un comportamiento instintivo.


¿Cómo podemos percibir esta mentalidad de un modo práctico? Jesús, siendo el Hijo de Dios, salió del cielo a un granero. Dormía en donde los animales comen. Trabajó con sus manos y vivió una vida humilde y pobre como carpintero. Jesús nos mostró cómo ser humildes. Él, siendo Dios, vino a servir. Él dijo: “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir” (Mateo 20:28 RVR1960). ¡Dios nos puso primero! Murió por nosotros. Nos mostró lo que agrada a Dios, lo que bendice el corazón de Dios y lo que glorifica a Dios. Nos enseñó a cómo podemos ser más como Dios.


El Pastor Skip Heitzig, de la iglesia Calvary Chapel Albuquerque dijo una vez: “Nunca eres más como Jesús que cuando te humillas a ti mismo”. Así que, si Cristo, que es “la imagen del Dios invisible, el primogénito sobre toda la creación” (Colosenses 1:15 NVI), estaba dispuesto a descender de su trono celestial para convertirse en hombre y asumir el papel de siervo para salvarnos, entonces también estamos llamados a caminar en humildad, poniendo en alto el nombre de Jesús y viviendo para servir a otros.


Importante: Al referirnos a la forma de Dios, no estamos hablando de una forma física. Jesús comparte la misma naturaleza de Dios; Él no es otro dios. Antes de la encarnación, Jesús existía en la forma de Dios. Pero en la encarnación, Jesús tomó “la forma de un siervo”: Dios nos sirvió con humildad. Se convirtió en humano renunciando a Sus privilegios divinos, y voluntariamente murió una muerte vergonzosa. Y así, cuando dice que “se despojó a sí mismo”, este auto­-vaciamiento (kenósis) no implica una pérdida de la deidad de Cristo o de Sus atributos divinos porque Dios no puede llegar a ser algo menos que Dios. En ningún momento Jesús dejó de ser Dios. Sino que renunció a Sus privilegios divinos tomando la forma de un siervo hecho semejante a los hombres.

Día 10Día 12

Acerca de este Plan

El Peligro Del Orgullo

En este plan, exploraremos por qué el orgullo es tan peligroso y detestable para Dios, y cómo podemos desarraigarlo en nuestras propias vidas y comenzar a caminar con mayor humildad ante Dios y los demás.

Nos gustaría agradecer a Calvary Chapel Ft. Lauderdale por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://Resources.CalvaryFTL.org

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