No Todo Sufrimiento Es Consecuencia De Haber PecadoMuestra

¿Qué Está Sucediendo?

En tiempos de aflicción es donde más alertas y vigilantes debemos estar. Es en estos tiempos donde más intensa debe ser nuestra comunión con Dios, a fin de que según lo que Él considere, nos permita discernir los tiempos que enfrentamos, es necesario que seamos conscientes de lo que está sucediendo. Hay una gran diferencia entre las consecuencias por la desobediencia, las pruebas y los ataques de satanás.

Consecuencias por la Desobediencia

Si sembramos para la carne, de la carne tendremos la cosecha. No podemos pretender que nos vaya bien si estamos en desobediencia. Sin embargo, Dios en su bondad nos permite aún en medio de enfrentar las consecuencias por la desobediencia; ser convencidos por su Espíritu para ir al arrepentimiento y de esta forma a través de este acto contrito, recibir la bendición del perdón, la libertad, la sanidad y la restauración. Así de grande es su misericordia. Es como si nos dijera: ¡lévantate y sigue adelante; no te estanques en algo que ya olvidé!

Pruebas

Somos hijos de Dios, y como hijos, Él conoce todo de nosotros y sabe perfectamente qué necesitamos vivir para que reconvenidos por su Espíritu podamos avanzar en el perfeccionamiento que diariamente ejerce en nosotros. Al Señor le encanta confirmar nuestro compromiso hacia Él, es la mejor manera que tenemos de demostrarle cuánto le amamos. Decir que tenemos fe cuando todo va bien, lo hace cualquiera; alabarlo cuando todo está bien, súper sencillo de hacer; obedecerle porque recibimos todo lo que le pedimos, un placer, un gozo total. Sin embargo, alabarlo en tiempos de dificultad, demostrar que la fe que tenemos en Él va más allá de un acto de piedad religioso y que realmente es una convicción que nace del espíritu es lo que prueba realmente cuánto le amamos. Obedecerle y agradecerle aún en medio del dolor es realmente una forma de demostrarle la gratitud que sentimos por todo lo que ha hecho en nosotros.

Ataques de satanás

Dios mismo lo permite y sabe hasta dónde lo deja llegar; satanás no tiene autoridad sobre nosotros, sólo si nosotros le damos autoridad a través del pecado, quizá pueda dañarnos; sin embargo, no irá más allá de lo que Dios se lo permita. Cuando Dios permite que nos ataque, también lo hace para capacitarnos y entrenarnos, incluso para reconvenirnos y por supuesto para hacernos entender que el que está con nosotros "Cristo Jesús" es más fuerte que el que está en este mundo.