Yo soy el primeroMuestra

Cambiar

Ya que reconocimos que somos pecadores y abandonamos nuestro mal proceder, ahora vamos con el tercer y último paso: cambiar.

Podríamos definir el cambio como el remplazo de una acción por otra. Pongamos de ejemplo al niño que mencionamos ayer: otra vez su madre lo viste con una camiseta blanca porque van a salir en un rato a pasear. La vez pasada se ensució la ropa por no obedecer y se llevó un castigo. Esta vez decide quedarse en su habitación y sacar los juguetes para jugar con su hermanito.

¿Qué sucedió allí? El niño, muy inteligente, reemplazó una acción que le podría traer malas consecuencias por una más segura e igual de divertida. Cambió para mantenerse limpio y ver a su mami feliz.

Cambiar no es fácil. Me imagino las ganas de salir a jugar que tenía el pequeño niño, pero tomó una decisión sabia y beneficiosa para él. Muchas veces nos costará abandonar una forma de pensar o de hacer las cosas y dejar atrás algo a lo que nos habíamos acostumbrado. Pero lo bueno no se consigue fácil, pues lo que fácil viene fácil se va.

El cambio es lo único constante, el cambio es bueno, aunque le tenemos tanto miedo. Además, no estaremos solos en ese proceso de transformación, Dios estará ahí para fortalecernos y bendecirnos. Él es nuestro mayor apoyo y sostén, por eso nos brinda hoy y cada día la oportunidad de actuar mejor. 

En conclusión, la mentalidad que tenía Pablo, un hombre que le permitió a Dios cambiar su vida, la podemos adoptar con estos tres simples pasos:

1. Reconociendo que somos pecadores, que tenemos nuestras propias luchas y que no somos mejores que nadie. Es más, somos los primeros en fallar.

2. Pidiéndole perdón a Dios y abandonando nuestros malos actos.

3. Reemplazando nuestros deseos por los de nuestro Padre y modificando nuestra manera pecaminosa de actuar.

Cristo vino al mundo a salvar a los pecadores de los cuales soy el primero en aceptar su salvación.

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Gracias por llegar al final de este plan, espero que podamos poner estos pasos en práctica y crecer como cristianos. Más allá de sentir que somos pecadores, el principal propósito de estos devocionales es entender que Jesús es el único perfecto y a él debemos mirar.

con amor, Leslie Ramírez.

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