RomanosMuestra

Un solo cuerpo en Cristo

Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. – Romanos 11:17-18

El cristianismo existe desde hace más de 2000 años... y lo que comenzó como una iglesia indivisa se ha dividido con el tiempo en muchas denominaciones. Estamos separados por diferencias en estilos de adoración, estructuras de la iglesia y teología. ¿Deben estas diferencias causar divisiones? ¿Necesitamos ser homogéneos en creencias para poder adorar juntos?

Cuando la iglesia comenzó como una institución judía, es probable que fuese relativamente homogénea. Sus miembros habían puesto su fe en Cristo, pero aún seguían la Torá y las costumbres judías. Mas al ser admitidos los gentiles en la iglesia, la homogeneidad llegó a su fin. La diversidad no era fácil. Pablo tuvo que amonestar a los cristianos judíos por tratar de forzar a creyentes gentiles a entrar en su molde insistiendo en la circuncisión y la observancia de la Torá. A medida que el número de creyentes gentiles aumentaba, también tuvo que amonestar a los gentiles por ser arrogantes en su actitud hacia los judíos en medio de ellos. Con todo, su solución nunca fue hacer que ambos grupos adoraran por separado.

Pablo utilizó la metáfora del olivo en Romanos 11 para describir a la iglesia. Recordó que, tanto gentiles como judíos, eran ramas del mismo olivo. Los gentiles no debían despreciar a los judíos, sino recordar que el árbol que es la iglesia tenía sus raíces en las promesas del Antiguo Testamento a la nación judía. Y los judíos no debían imponer requisitos adicionales a los gentiles, porque ya estaban injertados como ramas en el árbol. Esperaba que aprendieran a llevarse bien, aún en sus diferencias, por estar unidos en un solo cuerpo en Cristo.

Si judíos y gentiles, que antes no se relacionaban entre sí, pudieron convivir una vez siendo cristianos, ¿tenemos realmente una buena razón para estar divididos? ¿Podemos, ya seamos protestantes o católicos, metodistas, bautistas o no confesionales, aceptarnos como compañeros de fe plenamente aceptados por Dios? ¿Podemos estar unidos por nuestras raíces comunes en lugar de estar divididos por diferentes ideologías?

Solo hay un cuerpo de Cristo. Todos somos miembros de ese único cuerpo.

¿Cómo te relacionas con los cristianos que piensan diferente a ti?