¿Soy Amando(a)?Muestra

Helen de 8 años y Brandon de 5 gritaron emocionados al ver un pequeño zoológico de mascotas instalado en el medio del centro comercial. “¿Podemos ir, papá? ¿Podemos? ¿Por favor?"

Sonriendo, su padre les dio a cada uno una moneda de veinticinco centavos y luego entró en la ferretería para buscar los artículos que habían venido a comprar. Unos minutos más tarde, Helen entró en la tienda. Ligeramente alarmado, preguntó: "Helen, ¿Qué pasa? ¿Por qué no estás en el zoológico de mascotas? "

"Bueno, la entrada no era de un cuarto, era de cincuenta centavos", respondió Helen. “Sabía cuánto ama Brandon a los animales bebés, así que le di mi moneda de veinticinco centavos y lo dejé entrar en mi lugar”.

Regresaron al zoológico de mascotas y vieron a Brandon jugar con los animales bebés. El padre sabía que tenía dos monedas de veinticinco centavos más en el bolsillo, pero no se las dio a Helen. Él quería que ella entendiera que el amor requiere sacrificio.

Esa es una gran muestra de amor de una hermana a su hermano. El amor cuesta; si no cuesta, no es amor. Esa historia nos da una pequeña idea de cómo es Dios. Su amor fue voluntario y sacrificado, sin pensar en lo que podríamos darle a cambio.

En esta historia también encontramos a las tres personas siendo bendecidas. El padre tuvo la oportunidad de ver a su hija dar por amor. La hija tuvo la oportunidad de ver jugar a su hermano y, por supuesto, el niño tuvo la oportunidad de poder entrar y jugar con los animales bebés. Ese día, los tres vislumbraron cómo es el amor.