¿Soy Amando(a)?Muestra

Un día de invierno nevado, Philip Bliss y su esposa disfrutaban de las vacaciones en Pensilvania cuando fueron convocados por Dwight L. Moody para que regresaran para un servicio especial. Dejaron a sus hijos de uno y cinco años con sus abuelos y abordaron el Pacific Express. 

Al pasar por un nuevo puente de caballete, el tren se hundió repentinamente en un barranco cuando el puente se derrumbó debajo de ellos. Los vagones de madera del tren cayeron 75 pies y se incendiaron en cuestión de minutos. Philip encontró a su esposa inmovilizada dentro y decidió que, si no podía salvar a su esposa, moriría con ella. Se quedó con ella hasta el final y ambos murieron en las llamas. Philip tenía sólo 38 años.

Unos días después de la tragedia, el baúl de Philip llegó a Chicago. Su amigo abrió el baúl, tomó su última letra y escribió la melodía de la última canción de Philip, "A mi Redentor yo canto". Aunque Philip no lo sabía en ese momento, su última canción se convertiría en una de sus mejores obras y fue uno de los primeros himnos grabados en un fonógrafo. 

Philip sabía que el amor de Dios era el mejor tema sobre el cual escribir. Si entendemos y descansamos en el amor de Dios, nos convertiremos en mejores esposos, padres, esposas, madres, maestros y siervos porque eso afecta la forma en que amamos a otras personas. Incluso cuando ocurre una tragedia, Dios es amor. En medio de situaciones dolorosas, nos sentimos lastimados, nos ponemos emocionales y olvidamos que somos profundamente amados. A veces necesitamos que se nos recuerde que Dios sacrificó a su único Hijo por amor a nosotros. Sufrió para que pudiéramos ser redimidos. Quizás no te sientes amado en este momento. Ya sea que hayas perdido un hijo, estés enfrentando una enfermedad o estés en un matrimonio terrible, Dios te ama. Dios ve cada lágrima que cae. En medio de todo, Dios puede enseñarte a amar como Él ama y traerá la belleza de las cenizas. 

Amor en acción: Haz una lista de tus bendiciones, tanto grandes como pequeñas. Dale gracias a Dios por todas ellas.