Cuarta Estación - La Caverna

El Ultimatum

Hasta este día hemos recorrido juntamente con Elías tres de las cuatro estaciones que confrontan nuestra fe. Después de esto solo queda el ultimátum de Dios. Aquí Dios resoluciona la situación, solo queda una última intervención divina. Ante la fuerza del enemigo, Dios muestra su manifestación, pero ella no es revelada adentro de la cueva. Lo cierto es que para ver la manifestación del poder de Dios es necesario salir de la cueva. Dios no se pone a argumentar con Elías. Dios no se pone a argumentar con ningún ser humano. Hay momentos en los cuales Dios sólo va a demostrar su poder, si le crees y le obedeces veras el camino abrirse delante de ti; y si no, entonces ese lugar será el final.

Lo único que Dios le dice a Elías es: “Sal fuera y ponte en el monte delante de Jehová.” (v.11) Aquí no hay más palabras, lo que Dios va a hacer es demostrar su poder.

Dios hace que pase un fuerte y poderoso viento que rompía los montes y quebraba las peñas delante de Jehová; tras el viento un terremoto y tras el terremoto un fuego, y en ninguna de estas manifestaciones estaba la Presencia de Jehová. Esta era una demostración de que Dios usa los elementos que Él desea para que sirvan a Sus propósitos y que Él puede hacer con ellos lo que desee.

Es importante saber distinguir entre la manifestación de Dios y los instrumentos que Dios usa. Los cristianos inmaduros corren detrás de las manifestaciones sin discernir si son o no de parte de Dios. Pero para el creyente espiritual que está buscando la Presencia de Dios, debe saber que a veces esa Presencia se manifiesta como un silbo apacible, como un susurro al corazón, como una suave voz que te da aliento.

Con toda esta manifestación la actitud de Elías aún persiste (v.14). Elías, físicamente, ya no está en la cueva, porque Dios le pidió que saliera; porque físicamente Dios lo obligó, pero en su interior todavía está en la cueva. Hay cuevas en tu mente, cuevas en tu corazón, cuevas en tus emociones...cuevas internas, donde Dios precisa llegar. Ese lugar es la cavidad más profunda de la cueva.

La cavidad más profunda de una cueva es lo que la Escritura llama caverna. Job decía que:  En lo más profundo de la tierra, los muertos tiemblan de miedo. (Job 26:5)

Entonces, o utilizo la cueva como refugio, para respirar y estar a solas con Dios solo por un breve tiempo; estoy en la cueva por un tiempo mayor, prolongado hasta hacer de ella mi vivienda. O finalmente decido hacer de ella mi tumba. El temor, la aflicción, la depresión, el desánimo, puede llevarte a tu final ministerial.

Estos hombres, de los cuales el mundo no era digno, anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Hebreos 11:38