Introducción

La Fe y Nuestra Fragilidad

La fe da una realidad presente a una promesa futura. La fe hace visible aquello que es invisible. Para la fe no hay nada que sea imposible. Ese es el tipo de fe que usted y yo necesitamos para acercarnos a Dios a través de Cristo y este es el tipo de fe que caracterizó a los héroes de la fe de Hebreos 11. 

Hebreos 11:32-38 nos dice los siguiente: "¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra."

Cuando todas las cosas marchan bien, la fe se mantiene ociosa, pero en la lucha, el sufrimiento, la espera o persecución, la fe es probada y confrontada. A la luz de la experiencia del profeta Elías, nuestra fe será probada en cuatro estaciones.

Elías es uno de los personajes más conocidos y destacados en la Biblia. Ocupa un lugar en el pasado de Israel, como también lo ocupa al final de los tiempos. Ciertamente era un hombre de Dios: Profeta, hizo milagros, resucitó muertos, provocó sequías y lluvias, confrontó Reyes, destruyó altares paganos. Pero, la Biblia también señala que: Elías era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras (Santiago 5:17).

Cuando habla de pasiones o pasión - pathos en el Nuevo Testamento es usado en un mal sentido; o sea, denota pasiones desordenadas, malos deseos. En el Antiguo Testamento se usa como pathêma - pasiones, que significa perturbación, afecto desordenado del ánimo y en ocasiones malas inclinaciones o deseos.

Contra lo que pareciera ser lo lógico, la fe y las pasiones o fragilidades humanas no se excluyen. Se puede ser un hombre de fe y, al mismo tiempo, padecer afectos y sentimientos muy humanos. ¿Cómo es posible? ¿Cómo se puede ejercer el poder de la fe, al mismo tiempo que se lucha contra los efectos de las circunstancias, las pasiones y sentimientos que atormentan?

Se puede lograr afrontando las estaciones...

Prepárate para este recorrido donde afrontarás cada estación, pero de ti depende que la fe triunfe o las estaciones te venzan.