Sin Vergüenza: Descubre Tu Lugar en Las Tensiones De La IdentidadMuestra

Day 2 -- Caminando en la oscuridad de la identidad

Imagina que eres un estudiante universitario y es tu primer día de trabajo. Comenzaste tu día con entusiasmo por la nueva aventura. Has elegido la ropa de tu primer día como lo hubieras hecho en los días de la secundaria, solo que ahora tus zapatillas de deporte han sido reemplazadas por algo más casual. Has suavizado un poco tu cabello para dejar suficiente peinado, pero no tanto como para sentir que estás atrayendo demasiada atención. Sin saberlo conscientemente, ha conformado tu identidad de tal manera que poco se puede hacer para que tus nuevos compañeros te acepten.

Llegaste al lugar de trabajo listo para la aventura y, a la hora del almuerzo, lograste sobrevivir. Incluso has recibido algunos cumplidos por tus zapatos. Escuchas la conversación del pequeño grupo de compañeros de trabajo que esperan su turno para calentar su almuerzo y escuchas la oportunidad de unirte a la discusión. Descubres que las vacaciones de verano son el tema.

Los otros nuevos empleados se están uniendo a través de fotos de Instagram de sus vacaciones, de sus regalo de graduación y te das cuenta de que no tienes fotos o una historia similar para compartir. Pasaste el verano luchando para el alquiler y enviando copias de tu resumé a pesar de la ansiedad y el temor de que algo no funcione. Decepcionado por la frustrada esperanza de relacionarte, retrocede y decide comer solo para hacer frente a los sentimientos de aislamiento y soledad.

Un día que representaba nuevos comienzos y nuevas esperanzas se ha convertido en un recordatorio del mismo ciclo del que has pasado tus años universitarios tratando de escapar. Te enfrentas de nuevo a las presiones de hacer algo presentable de ti mismo. Luchas en el momento y esa sensación de aislamiento y no estar a la altura crea una tensión que no se resuelve fácilmente. De hecho, esa tensión no es nueva. Te acuerdas de los años que pasaste en la universidad buscando un GPA que te permitiera conseguir un empleo y al mismo tiempo perseguir incansablemente el tipo de afiliaciones sociales que parecían abrir las puertas traseras de las oportunidades.

Parece que ahora tu esperanza se ha evaporado y te queda una rutina interminable para lograr el tipo de identidad que finalmente abrirá las puertas del éxito en tu vida. Sabes que es un camino que no te lleva más que a la ansiedad y al esfuerzo, pero la presión del momento te hace sentir que no tienes otra opción. Estás tentado a desesperarte.

Para muchos que vienen de los márgenes de nuestra sociedad, esta experiencia es bastante real. La presión de reflejar los sistemas de valores y las características de la cultura mayoritaria como un medio de supervivencia y aceptación hace que muchos de nosotros reprimamos nuestras pasiones e identidades dadas por Dios. Si somos honestos, este tipo de vida genera una gran carga de vergüenza y un desempeño incansable. No es así como Dios desea que vivamos. Además, estas interacciones sociales pueden traer a nuestra conciencia historias personales y momentos muy dolorosos de exclusión o aislamiento por motivos de origen étnico o género.

Si bien podemos sentirnos tentados a apartar la mirada de estas luchas internas y ver el desempeño como la única forma, Dios revela otra opción. En la oscuridad de esta lucha, tenemos la oportunidad de encontrarnos con el Dios de la Biblia que se deleita en revelarse a sí mismo. Si dejamos que nuestra soledad y sentimientos de rechazo nos lleven de regreso a Él, descubriremos al Dios omnisciente y todopoderoso que se deleita en dándonos una verdad profunda y promesas eternas que guiarán nuestras vidas con propósito y sostenibilidad.

Tiempo de refleccion:

• ¿Se ha enfrentado a sentimientos de exclusión o aislamiento basados en cosas fuera de su control?


• ¿Te encuentras tratando de controlar la percepción de los demás a través del desempeño?


• ¿Alguna vez has sentido vergüenza por ceder a la tentación de ser algo que no eres al reflejar valores culturales que pueden no ser los tuyos?


• ¿A qué promesas de Dios te aferras por seguridad e identidad?