5 días explorando la duda con la lógica de DiosMuestra

 Hilos dispares 

Hace unos años, visité un lugar conocido por hacer los mejores saris de boda del mundo. Eran los productores de saris ricos en hilos de oro y plata, resplandecientes con una gama de colores. Con un producto tan complejo, esperaba ver un sistema elaborado de máquinas que aturdiera la mente en la producción. Pero esta imagen no podía estar más lejos de la escena real.

Cada sari fue hecho individualmente por un equipo de padre e hijo. El padre se sentaba sobre el hijo en una plataforma, rodeado de varios carretes de hilo que recogía en sus dedos. El hijo solo tenía una tarea. Con un guiño de su padre, movía la lanzadera de un lado a otro y de nuevo. Esto se repetiría durante cientos de horas, hasta que un magnífico patrón comenzara a emerger.



El hijo ciertamente tenía la tarea más fácil. Sólo debía moverse cuando el padre asintiera. Pero haciendo uso de estos esfuerzos, el padre estaba trabajando con un fin artístico. Todo el tiempo, tenía el diseño en su mente y estaba juntando los hilos correctos.

Cuanto más reflexiono sobre mi propia vida y estudio las vidas de los demás, me fascina ver el diseño que Dios tiene para cada uno de nosotros individualmente, si tan solo respondiéramos. A lo largo de nuestros días, pequeños recordatorios muestran los hilos que Dios ha tejido en nuestras vidas.



Permíteme compartir una historia de mi propia experiencia. Como alguien que busca un significado en la agonía de una turbulenta adolescencia, me encontré en una cama de hospital por un intento de suicidio. Allí me leyeron Juan 14:19, y mi atención fue capturada por lo que Jesús dijo a Sus discípulos: «Y porque yo vivo, también ustedes vivirán». Ese día le entregué mi vida a Cristo, entregando  en sus manos capaces de producir un cambio, mis dolores, luchas y persecuciones 

Casi treinta años después de esta decisión, mi esposa y yo estábamos en la India y decidimos visitar la tumba de mi abuela. Con la ayuda de un jardinero caminamos entre la maleza y los escombros acumulados hasta que encontramos la piedra que marcaba su tumba. Con su cubo de agua y un pequeño cepillo, el jardinero limpió la suciedad acumulada durante años. Para nuestra total sorpresa, bajo su nombre, un verso apareció gradualmente. Mi mujer tomó mi mano y me dijo: «¡Mira el verso!». El cual decía: «Y porque yo vivo, también ustedes vivirán».

Si un tejedor ordinario puede crear de una colección de hilos de colores una prenda que embellezca el rostro, ¿no puede el Gran Tejedor tener un diseño en mente para ti, un diseño que te adornará, al utilizar tu vida para moldearte, usando todos los hilos que tiene a Su alcance? Cuando el Padre teje un patrón emerge un diseño con propósito de lo que para nosotros pueden parecer a menudo hilos dispares.