VENCEDORES CON EL FRUTO DEL ESPÍRITUMuestra

 Paciencia: Ceda sus derechos para aceptar las responsabilidades del amor  

  En Gálatas 5:22, una parte del fruto del Espíritu es la “paciencia”. El diccionario Merriam-Webster define la paciencia como: “una contención de la ejecución de algo (como una deuda, derecho y obligación) que se debe”. ¿Y acaso no describe eso el corazón de Dios? En lugar de ejecutar su colección de nuestra deuda de pecado mediante el juicio, Él ejerció la paciencia y se contuvo enviando en cambio a Cristo.

Es muy humano y lamentablemente común no ser paciente, sino más bien reclamar nuestros derechos. Eso, sin embargo, no es lo que Jesús hace; no es como actúa el Espíritu. Tenemos la responsabilidad y el mandato empoderado por el Espíritu de ser pacientes, así como Dios lo es. En lugar de reclamar sus derechos, Él es paciente y los deja a un lado, esperando pacientemente; lo hizo en la cruz y lo sigue haciendo.

Paciencia, longanimidad, contención… eso es lo que hizo que Dios se acercara en redención en lugar de hacerlo en juicio cuando habría estado justificado al hacerlo. Leamos Romanos 2:4: “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”. La paciencia es el corazón del asunto porque es asunto del corazón donde el Espíritu Santo reina y da su fruto de paciencia en nosotros.

A medida que la paciencia florece en nuestro ser, nosotros, al igual que Jesús, podemos dejar de lado nuestros derechos y expresar la bondad de Dios en busca de guiar a otros al arrepentimiento. Así como Romanos 2:1 explica, no tenemos excusa para reclamar nuestros derechos y emitir un juicio sobre alguien cuando Dios dejó sus derechos para llevarnos a Él. Y según va madurando la paciencia en nosotros por el Espíritu, podemos ofrecerla al mundo como Dios nos la ofrece a nosotros. Oh, cómo amo a Jesús…