El poder de crear riquezasMuestra

Isaac y Jacob usaron el poder de hacer y administrar riquezas dado por Dios

Y sembró Isaac en aquella tierra y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo el Señor. El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. Y tuvo hato de ovejas, hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia… Entonces dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho. Isaac es el hijo de Abraham, a quien transmitió su fe y habló sobre lo prometido por Dios, la bendición para la tierra y su descendencia. Isaac estaba viviendo como extranjero; en ese tiempo vino sequía sobre la tierra, pero él empezó a sembrar, aunque para los filisteos era un desperdicio, la cosecha rindió al ciento por uno. 

Isaac sabía la promesa que hizo Dios a su padre Abraham y a la descendencia, ellos tenían el poder de la bendición. La producción de Isaac radicaba en el poder de Dios, y había visto también la multiplicación de su ganado. Él sabía que tenía la bendición de su padre para producir riqueza, por eso sembró y cosechó, mientras los demás no hicieron nada, tal vez otros intentaron imitarle, pero el asunto no era sembrar la semilla correcta o incorrecta, sino el poder que radicaba en su vida. 

La bendición de Dios en el poder para hacer riqueza, funciona en cualquier tipo de negocio, el mismo poder que radicaba en Abraham, Isaac y Jacob, ahora radica en los hijos de Dios, porque tenemos la condición y podemos esperar un resultado del ciento por uno.

La bendición que operaba en Isaac lo enriqueció, fue considerado como un hombre próspero, y fue engrandecido como dice la Escritura, hasta ser muy poderoso.

El proceso en el pasaje: primero, hacer riquezas; segundo, la prosperidad y ser engrandecidos; y tercero, el poder. El poder de Isaac, llegó a tal nivel, que los filisteos le pidieron que se fuera, porque tenían temor. Isaac por la bendición de Dios se enriqueció y tuvo poder.

Jacob, bajo la bendición del poder de Dios para hacer riquezas, se fue a trabajar con su suegro Labán. Trabajó 21 años para él, cuando se separó tenía más riqueza que su suegro, y en esta condición regresó a su tierra.