Cuando el diablo llama a la puertaMuestra

El engañador

Cuando comes en un restaurante, recibes un pequeño pedazo de papel como comprobante de que recibistes tu comida y que el restaurante recibió su dinero. ¿Cómo se le llama? Un recibo. Cuando te vuelven a rellenar tu vaso con limonada seis veces sin decirte que los repuestos no son gratis, ¿qué es eso? Un engaño. 

Recibo y engaño vienen de dos palabras importantes en la Biblia: recibir y engañar. 

En inglés, estas palabras se traducen como receive y deceive. Ambas terminan igual. “-Cieve” significa coger o tomar. Lo que hace a estas dos palabras significativamente diferentes es como comienzan: “re-” y “de-”. En palabras como receive, “re-” significa, de regreso al lugar original. En palabras como deceive, “de-” significa, abajo de, fuera de y lejos de. 

Pongámoslo todo junto y recibir es tomar de vuelta, u obtener algo a cambio. ¿Tiene sentido, no? Un recibo es la prueba de que te han devuelto algo. Pero engañar, es quitar algo de, o bajarlo de, donde estaba. Un recibo deja todo a la vista. El engaño lleva todo a la oscuridad.

¿Por qué enfocarse en estas dos palabras? Porque una de ellas describe nuestra respuesta a Dios y la otra describe la del diablo. No te pierdas esto. Nosotros recibimos. El diablo engaña.

El diablo tiene el engaño escrito sobre él. Dios con Su poder arrojó a Lucifer, el diablo, abajo del cielo cuando trató de quitarle la adoración y la gloria. Entonces, Lucifer engañó a un tercio de los ángeles y se los llevó debajo del cielo con él. ¿Por qué? Porque odia a Dios. Solo desea alejarnos de Dios. 

Pero a Él no se le puede engañar. Entonces, ¿cómo ataca a Dios el engañador? Intentando engañar a las creaciones de Dios, incluyéndote a ti. Cuestiona la Palabra de Dios: "¿Dios realmente dijo eso?". Niega la palabra de Dios: "Vamos, la Biblia en realidad no quiere decir eso". Y tuerce la Palabra de Dios con mentiras: “Dios dice que Él hace que todas las cosas funcionen juntas para bien, ¿verdad? Inténtalo una vez". Todo lo que dice el diablo suena como un truco para recuperar lo que crees que te mereces, pero en realidad es una trampa para quitarte lo que ya te han dado. 

El diablo desea desesperadamente evitar que veas el amor de Dios y la verdad de Dios.

De vuelta a ti, el receptor. ¿Cómo nos defendemos? Al recibir el amor de Dios y la verdad, el Evangelio. Puedes regresar al lugar original, el regalo eterno que ya se te ha dado. Jesús murió para hacerte libre. Ya pagó la cuenta. Estás a punto de leer la prueba en papel, el recibo, la Palabra de Dios. Lee la verdad, recibe la verdad, vive la verdad y la verdad te hará libre. Porque aquel a quien el Hijo libera, es verdaderamente libre.  

Ora: Dios, recibo Tu amor y verdad. ¿Qué engaños he creído? En el nombre de Jesús, retiro lo que el diablo ha tratado de quitar. Libérame del engaño. Amén.