Poder Diario por Craig Groeschel: Combustible Para Tu AlmaMuestra

Si algo he aprendido haciendo ejercicio es lo que ocurre cuando dejo de hacerlo durante un tiempo. Por lo general, debido a una lesión, y a veces cuando mi agenda está demasiado apretada, me veo obligada a faltar al gimnasio. Pero siempre noto la diferencia cuando vuelvo.

Sin ejercicio, nuestros músculos se atrofian. Se vuelven débiles y rígidos al mismo tiempo. Sin el beneficio del ejercicio regular, nuestros músculos se deterioran hasta que no pueden sostenernos ni realizar las funciones regulares que antes desempeñaban. Para estar saludables, debemos movernos, estimulando nuestros músculos para que se fortalezcan.

Los músculos de nuestro corazón funcionan de la misma manera, literal y figurativamente. Cuando no oramos, no damos, no servimos y no amamos de manera regular, se vuelve cada vez más difícil sentirnos conectados con Dios, relacionarnos con los demás y sentir el gozo que genera el servir a otros.

Los corazones de piedra no se endurecen de la noche a la mañana. Se van atrofiando gradualmente hasta que nos encontramos con un corazón frío como el granito. El ejercicio regular nos permite amar más profundamente y servir más humildemente. Mantiene nuestro corazón tierno y compasivo, vivo y lleno de gratitud.

Aumentando la potencia: Querido Señor, quiero que mi corazón se mantenga vivo y tierno, no duro y frío. Aún cuando sea doloroso, ayúdame a ser sensible a las necesidades de los demás.