Devocional de lucha para hombresMuestra

Reparación de la desesperación

¿Alguna vez has jugado tan duro que físicamente no te quedan fuerzas en el tanque de reserva?

A veces te derrumbas en el banco de prueba de tu vida: debilitado, agotado, completamente exhausto. Inclusive si ya estás al tope, no hay garantía de que no venga más estrés. ¿Alguna vez te has sentido así? ¿Como si esa carga constante de responsabilidad estuviera siempre ahí? ¿Que siempre tienes que estar ahí para tu familia y tus amigos? Créeme, sé exactamente cómo se siente.

No quieres decepcionar a nadie. Mes tras mes, siempre habrán más deudas que necesitan pagarse. Quieres ser un buen proveedor. Quieres enorgullecer a tus padres. Quieres ser fuerte para todos. ¿Alguna vez sientes como si fueras el pegamento que mantiene unidas las vidas de todos los demás? Entonces, ¿es de extrañarse que estés tan agotado?

Por supuesto, si eres como la mayoría de los hombres, nunca pedirás ayuda. Solo sigues agregando más y más peso a la barra, una y otra vez. Sigues levantándolo pero estás adolorido. Duele, pero no le dices a nadie. A veces incluso te preguntas por qué estás cargando todo este peso por todas esas personas. Es fácil empezar a caer en una mentalidad negativa. ¿Alguna vez te sientes solo? ¿Deprimido? ¿Derrotado?

El día de hoy veremos todas estas cosas en la voz de desesperación de Sansón. Él se enorgullecía de ser autosuficiente y nunca necesitar ayuda de nadie. No quería revelar sus debilidades a los demás, lo que le hacía difícil admitir ante sí mismo que realmente necesitaba a Dios.

Muchos de nosotros caemos en eso cuando comenzamos a sentirnos abrumados. Puede que no lo digamos en voz alta, pero lo que nuestras acciones están comunicando a otros es: "No te dejaré entrar. No compartiré lo que me pasa. Además, incluso si lo intentara, no lo entenderías."

¡Es por eso que nos rehusamos a pedir indicaciones! ¡No queremos decirle a nadie que necesitamos ayuda! Estoy convencido de que la razón por la que hacemos esto es porque la mayoría de nosotros queremos ser héroes, el personaje principal, el centro de la historia que contamos sobre nosotros mismos. Queremos hacer que todo gire en torno a nosotros…en vez en torno a Dios.

Pero aquí hay una verdad a la que puedes aferrarte hoy: si dejas que tu necesidad te lleve a Dios, Él satisfará tus necesidades más profundas. Su Espíritu siempre nos llevará a la confesión, a cambiar de dirección, a realinearnos con su Palabra, a un nuevo comienzo, a la gracia. Admítelo. Lo necesitas. Díselo. Puede que te sorprenda cómo responde.