De La Vergüenza a La SeguridadMuestra

De la vergüenza a la seguridad

Escrito por: Alyssa Chandler y Chrissie Steyn

Somos Wonderhunt y creamos contenido que le ayuda a explorar las profundidades y secretos de Dios. Nos alegra mucho que esté aquí.

Es fácil sentir vergüenza. Quizás demasiado fácil. Decimos algo incorrecto, no cumplimos con una fecha límite, perdemos los estribos, pensamos demasiado en un momento del día anterior o incluso nos avergonzamos de cosas que no fueron nuestra culpa. Sin darnos cuenta, nos invade esa sensación de "no soy suficiente".

Entonces, la vergüenza se acumula sobre la vergüenza. Caemos en una espiral. Nos cerramos. Nos esforzamos más por ocultarnos. Empezamos a creer que merecemos la distancia que sentimos de los demás, e incluso de Dios. De esta manera, la vergüenza no solo hiere nuestra confianza; altera nuestra conexión con Dios, con los demás y con nosotros mismos.

¿Pero qué pasa si no tiene por qué ser así?

En las Escrituras y en la terapia de Sistemas Familiares Internos (SFI), la vergüenza no se considera la verdad definitiva sobre usted. A veces, es una parte protectora que intenta evitar que lo vuelvan a herir o rechazar. Otras veces, es una parte exiliada que carga con creencias dolorosas como "No soy digno de ser amado" o "Soy malo". En cualquier caso, no es todo su ser. Es una parte de usted que anhela conexión y seguridad.

La vergüenza suele aparecer cuando partes de nosotros creen que deben esconderse para merecer amor. La vergüenza puede enmascarar el miedo, proteger el perfeccionismo o advertirnos cuando hemos cometido un error. Pero estas estrategias solo profundizan la desconexión.

Las Escrituras ofrecen una historia diferente. En Marcos 12, Jesús dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. A menudo lo escuchamos como un llamado a amar a los demás, pero el amor y la curiosidad no fluyen libremente de un alma que no los ha recibido primero. Quizás Jesús no solo nos estaba dando una regla para las relaciones, sino que nos señalaba un patrón de sanación: que al aprender a tratarnos con bondad, nos volvemos más capaces de ofrecer ese mismo amor a los demás. No con un ego inflado ni con eslóganes de moda sobre el autocuidado, sino con bondad espiritual. Con gracia. Con curiosidad en lugar de condenación.

Pablo lo dice así: “Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9). La vergüenza dice que la debilidad significa que usted no es suficiente. Jesús dice que la debilidad es donde su amor perfecto reconecta y restaura.

Vea esta película sobre la vergüenza y vea si alguna parte de usted reconoce el dolor de la vergüenza o el anhelo de aprobación.

Con el amor de Jesús, no tenemos que ser perfectos. ¡Y qué bendición es esa!

Regrese mañana para analizar con más profundidad cómo encontrar seguridad cuando se siente avergonzado y considere la reflexión a continuación.

Reflexión:

Considere esta idea. ¿Hay alguna parte de usted que siente que tiene que esconderse para ser amada? ¿Cómo se sentiría si invitara con ternura a esa parte a la luz de la gracia?

Oración:

Dios, gracias por crearme. Cada parte de mí. Incluso las partes que he intentado evitar. Hoy, ayúdame a percibir la voz de la vergüenza. En lugar de rechazarla, ¿me ayudarías a ser curioso?

Ayúdame a acoger esa parte infantil de mí que se siente indigna de conexión. Ayúdame a comprenderla. ¿Podrías guiarme para que guíe con compasión, como tú lo haces? Eres tan bueno, Dios. Ruego que cada parte de mí comience a sentirse segura en tu presencia. Confío en que tu gracia es suficiente. Es en tu nombre, amén.

Nota: A medida que avanza en este plan, tenga la seguridad de que colaboramos con Chrissie Steyn, una profesional de salud mental con licencia, para brindarle apoyo informado, compasivo y basado en la evidencia. Tenga en cuenta que este plan no sustituye la atención profesional de salud mental.