Dios Está en ControlMuestra

Día 3: Compromiso Incondicional

“Por sobre todas las cosas cuida tu corazón,
porque de él mana la vida" (Proverbios 4:23 NVI).

Cuando las Escrituras nos llaman a confiar en Dios con todo nuestro corazón, no es una sugerencia casual. Esa palabra “todo” es seria. En el pensamiento hebreo, el corazón no es solo el lugar de los sentimientos. Es el centro de control de la vida. Incluye las emociones, la voluntad, las decisiones y la identidad.

Así que aquí está la pregunta: ¿Cómo está tu corazón? ¿Está completamente entregado o intentas vivir con un corazón dividido?

Quizás el domingo cantas con convicción que Dios es fiel, pero el lunes pierdes el sueño por las cuentas. Declaras que Él es soberano, pero en secreto depositas tu seguridad en tu carrera, tus finanzas o tus relaciones.

A menudo dividimos la vida como un gráfico circular. Dios se lleva la parte “espiritual”, mientras que nosotros nos encargamos de las partes “prácticas”. Pero no funciona así. Santiago llama a esto ser de “doble ánimo”, y no suaviza la advertencia: nos vuelve inestables en todo lo que hacemos.

La confianza incondicional se trata de dirección.

Piensa en una brújula. No importa la tormenta, la aguja siempre apunta al norte. De la misma manera, un corazón puesto en Dios se mantiene firme incluso cuando la vida gira en torno al caos.

La vida de David estuvo lejos de ser perfecta. Cayó en adulterio, asesinato y escándalo familiar. Aun así, Dios lo llamó “un hombre conforme a mi corazón”. ¿Por qué? Porque cada vez que David fallaba, regresaba a Dios. Sus salmos resuenan con el clamor: “Señor, he cometido un error, pero corro de vuelta a ti”.

¿Y tú? ¿Cuáles son tus “Planes B”? ¿Tu carrera? ¿Seguridad financiera? ¿Reputación? Nada de esto es intrínsecamente malo, pero se convierten en trampas cuando reemplazan la confianza que solo le pertenece a Dios.

Aquí está la hermosa verdad: cuando finalmente le entregas todo tu corazón a Dios, descubres que Él siempre ha sido digno de él. Su amor nunca falla. Su sabiduría nunca se agota. Su poder nunca se debilita.

La vida puede que no sea fácil, pero te mantendrás firme en cada tormenta. Mientras te aferres a planes B, nunca experimentarás la plena seguridad del plan perfecto de Dios.

Mi oración:

Señor, con demasiada frecuencia pongo áreas de mi vida en mis propias manos. Muéstrame dónde he confiado en mí mismo en lugar de en Ti. Ayúdame a entregarlo todo: mis relaciones, mi carrera, mis finanzas y mi futuro, sabiendo que Tú eres completamente confiable. En el nombre de Jesús, amén.

Reflexiona:

1. ¿En qué áreas de tu vida has dudado en entregarle el control a Dios por completo? ¿Qué hace que esas áreas se sientan vulnerables?
2. ¿Qué lealtades o "Planes B" podrían estar impidiéndote confiar en Él de todo corazón?

Si este devocional te llegó al corazón, compártelo para que otros también puedan recordar confiar en Dios.