El Conocimiento Para Una Vida De Intimidad Con DiosMuestra

Jesús guio a sus discípulos a depender del Padre hasta el último día que estuvo en la tierra. Les enseñó el mensaje que el Padre le había dado. Oro por ellos y con ellos. Pasó noches en vela orando e intercediendo con gritos y lágrimas. ¡Con razón pudo decir que no había perdido a ninguno! ¡Y con razón nosotros no podemos decir lo mismo! No es cuestión de sentarse pasivamente esperando que nuestros hijos no se pierdan y nuestra familia permanezca anclada al Señor. El deseo de Dios es que nada se pierda, pues entonces trabajemos para su gloria y en unidad a Él. No empleemos estrategias humanas sino herramientas espirituales empuñadas con el poder del Espíritu Santo. Si hacemos por los nuestros lo que Jesús hizo por sus discípulos podremos decir lo que Él dijo: “No he perdido a ninguno de los que me confiaste”, Juan 18:9 (LPD).

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