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Dios en la encrucijada

Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. -Jeremías 6:16

Después de días de enfermedad y de tener una temperatura alta, estaba claro que mi esposo necesitaba atención de emergencia. El hospital lo admitió inmediatamente. Un día se convirtió en el siguiente. Mejoró, pero no lo suficiente como para ser dado de alta. Me enfrenté a la difícil elección de quedarme con mi esposo o cumplir con un importante viaje de trabajo donde estaban involucradas muchas personas y proyectos. Mi marido me aseguró que estaría bien. Pero mi corazón estaba dividido entre él y mi trabajo.

El pueblo de Dios necesitaba Su ayuda en las encrucijadas de las decisiones de la vida. Con demasiada frecuencia, no habían seguido sus instrucciones reveladas. Entonces Moisés imploró al pueblo que “escogiese la vida” siguiendo Sus mandamientos (Deuteronomio 30:19). Más tarde, el profeta Jeremías ofreció palabras de dirección al pueblo descarriado de Dios, invitándolos a seguir Sus caminos: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma.” (Jeremías 6:16). Los caminos antiguos de las Escrituras y la provisión pasada de Dios pueden guiarnos.

Me imaginé en una encrucijada física y apliqué el modelo de sabiduría de Jeremías. Mi marido me necesitaba. También lo hizo mi trabajo. En ese momento, mi supervisor me llamó y me animó a quedarme en casa. Respiré y agradecí a Dios por Su provisión en la encrucijada. La dirección de Dios no siempre es tan clara, pero sí llega. Cuando estemos en la encrucijada, asegurémonos de buscarlo.

Elisa Morgan

Querido Dios, cuando esté inseguro, ayúdame a estar en la encrucijada y buscar Tu provisión.