Cómo Superar El Sufrimiento Y Volver Más FuerteMuestra

Donna Gibbs:  Cómo avanzar a través del sufrimiento y salir más fuerte Devocional Día 4

Apoyándose en Dios

Escritura Salmos 5:1-3

Si estás atascado, es probable que también te sientas desconectado de Dios. Puede que sientas que te ha abandonado. O tal vez hayas elegido abandonarlo porque ya no crees que tenga el poder de intervenir en tu vida. Puede que sientas que no le importas o que está en contra tuya en lugar de estar a favor. Puedes ir a la iglesia y encontrarla aburrida y rutinaria. Puedes leer las Escrituras y sentir que están secas. Puedes estar realmente enfadado. Dios, quien prometió que Sus caminos no están destinados a ser perjudiciales, ha permitido que algo horrendo entre en tu vida. Puedes sentirte traicionado por Él. Puedes estar decepcionado por Su protección. 

Una temporada de lucha espiritual después de una tragedia o decepción es normal. Tenemos una relación con Dios, y esa relación naturalmente será más fuerte en ciertos momentos que en otros. Sin embargo, cuando nos quedamos atascados debido a una teología o un pensamiento destructivo, somos vulnerables a una desconexión crónica. Verás, Dios es un caballero, así que no es insistente. Cuando queremos nuestro espacio, Él lo permite. Desafortunadamente, nuestra lucha puede convertirse en nuestro enfoque principal. No pretendemos adorar nuestro sufrimiento, pero cuando nos quedamos atascados, nos volvemos involuntariamente excesivamente devotos a él. Esta devoción excesiva puede convertirse en una forma de idolatría involuntaria que ha prolongado un período normal de lucha espiritual en una desconexión a largo plazo con Dios. 

Una cosa es segura: Dios te desea, ya sea que sientas que lo hace o no. Él es la mayor fuente de tu resiliencia, y esta desconexión debe abordarse para que puedas recuperarte de los dolores que te han mantenido estancado/a. Para superar esta desconexión, se requerirá correr un riesgo. Es posible que sientas que ya no puedes confiar en Dios. Es posible que tengas miedo de lo que Él hará con tu fe en Él o en tu búsqueda de esa relación. Te animo a que te acerques a lo desconocido. 

Me recuerda a los Salmos en los que David clamaba a Dios en angustia y desesperación. Sigamos su ejemplo y clamemos a Dios hoy. Presentemos nuestro desorden ante Él. Permítete ser vulnerable y transparente. Invita a Dios a una conversación sobre las áreas de tu vida a las que anteriormente le prohibiste el acceso. ¿Qué tienes que perder? 

Dedica un tiempo para clamar a Dios acerca de lo que estás sufriendo hoy