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Cuando estés enfadado, detente y PIENSA

“Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse” (Santiago 1:19 NVI).

Nos ahorramos mucho dolor y angustia si seguimos una simple regla: detenernos cuando estemos enfadados o heridos.

La Biblia dice: “Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse” (Santiago 1:19 NVI).

Sin embargo, normalmente hacemos todo lo contrario. Somos rápidos para hablar, lentos para escuchar y veloces para enfadarnos. ¡Eso es un retroceso! Pero si haces las dos primeras cosas (ser lento para hablar y rápido para escuchar) la última parte será automática. Verás que te enfadas con menos frecuencia y de forma menos natural.

Hay un ritmo importante en esta idea, que la Biblia reitera una y otra vez. Por ejemplo:

• Proverbios 14:29: “El que es paciente muestra gran discernimiento; el que es agresivo muestra mucha insensatez" (NVI).

• Proverbios 15:28: “El corazón del justo medita sus respuestas, pero la boca del malvado rebosa de maldad” (NVI).

• Proverbios 15:18: “El que es iracundo provoca contiendas; el que es paciente las apacigua” (NVI).

¿Cómo detenerte y pensar antes de precipitarte a la ira? Considera estas cinco preguntas antes de hablar cuando estés enfadado.

• 1. ¿Es veraz? ¿Lo que voy a decir es la verdad?

• 2. ¿Es útil? ¿O simplemente perjudica a la otra persona?

• 3. ¿Es inspirador? ¿Construye o destruye?

• 4. ¿Es necesario? Si no es necesario, ¿por qué tengo que decirlo?

• 5. ¿Es amable? ¿Anima o desanima?

No basta con detenernos cuando estamos enfadados. Tómate un tiempo extra para PENSAR en lo que vas a decir o hacer a continuación.