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5 Pautas Para No DesmayarMuestra

5 Pautas Para No Desmayar

DÍA 1 DE 5




Dios en la ecuación

No existe tal cosa como subsistir en el día malo si no es con Dios en la ecuación. Incluso quienes creen que es posible, que en las propias fuerzas se puede, están contando, sépanlo o no, con elementos que no dependen de ellos y que, en primera y última instancia, tampoco son suyos. Algo tan elemental como respirar o que nuestro corazón lata lo damos los seres humanos por descontado con frecuencia, cuando solo dependería de un mínimo gesto de Dios que incluso esos “mínimos” dejaran de suceder. Quien vive de espaldas Dios piensa que puede sin Él y, desgraciadamente, a la luz de nuestros hechos, muchos cristianos también.

Comenzaré entonces esta reflexión en 5 días por el final del salmo: “Hubiera yo desmayado si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes”. ¿Queremos no desmayar? Pues recordemos esto: la vivencia del sufrimiento nos iguala a todos, pero no es lo mismo vivir las etapas complejas –ni las de abundancia– con Dios o sin Él en la ecuación. Si existe alguna posibilidad de que no desmayes, es que el Señor te sostenga.

En Su ausencia simplemente las cuentas no salen (y, de hecho, en el salmo inmediatamente posterior, el 28, dice David “no te desentiendas de mí, para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los que descienden al sepulcro”). Vivir sin Dios es estar muerto, y en medio de la dificultad esto es aún más patente.

El fenómeno inverso, por otro lado, es posible: el cristiano puede atravesar el valle de sombra de muerte incluso, no necesitando temer mal alguno, porque Dios está con él. Tal es la realidad increíble que experimenta quien, no queriendo desmayar, se agarra de Dios con uñas y dientes. Es el tiempo de buscar Su rostro (v.8), de aguardar a Jehová (v.14) y de alentarnos en Él mientras la tormenta pasa (v.14).

Partir de aquí nos mueve en una dirección completamente diferente a la que encontraríamos en ausencia de Él. El miedo que aterrorizaba a Job es el que debiera darnos pánico a nosotros. Ese y no otro es el verdadero horror: que exista la mínima posibilidad de tener que atravesar la oscuridad sin luz alguna, más aún sin la que lo es en mayúsculas. Él es nuestra luz y nuestra salvación (v.1).

Día 2

Acerca de este Plan

5 Pautas Para No Desmayar

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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.lidiamartin.com/

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