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DEPENDENCIA ACTIVA

Recuerdo una época en 1º de bachillerato en la que la vida era muy ajetreada. Se acercaban los exámenes, las solicitudes universitarias estaban en pleno apogeo y parecía que todos a mi alrededor se movían más rápido que yo. Estaba estresado, ansioso y no sabía cómo sobrellevarlo. Recuerdo que me pregunté: "¿Por qué estoy tan estresado?" y "¿Por qué siento que todo está en mi contra?". Jesús no nos promete una vida de lujo y felicidad constante. De hecho, Él nos garantiza que enfrentaremos muchas dificultades. Entonces, como creyentes, ¿qué hacemos cuando la vida se pone difícil?

La historia de David y Goliat es quizás una de las historias más conocidas de la Biblia. David, un joven pastorcillo, se enfrenta a un gigante que debería haberlo aplastado. Sin embargo, contra todo pronóstico, David vence a Goliat. ¿Cómo lo hizo? Debido a su dependencia activa del Señor. David era más pequeño y débil que Goliat, pero confió plenamente en la fuerza y el poder de Dios para que lo liberara. Proclama esta confianza a Goliat: "Vengo contra ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien has desafiado. Hoy el Señor te entregará en mis manos". Luego, confiando en Dios para la victoria, tomó la piedra y la arrojó.

Nuestro Dios es bueno. Simplemente usa los malos momentos para cosas buenas. Romanos 11:36 "porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos". Dios usa nuestro estrés y nuestras luchas para Su gloria y nuestro propio bien. Dios usa nuestras debilidades y las convierte en fortalezas para Su reino. Incluso en las situaciones más extremas y difíciles, Dios es nuestro proveedor y libertador y, como tal, debemos depender aún más de Su poder, sabiduría y paz.

Entonces, ¿qué significa esto para nosotros? Pablo escribe en Filipenses 4:6-7 que no debemos estar ansiosos, sino que debemos orar constantemente y entregar nuestras luchas a Dios, y Su paz nos invadirá. Usa el día de hoy como una oportunidad para depender del Señor y luego trabajar activamente para hacer la obra que Él ha puesto delante de ti.

PREGÚNTATE: ¿Has estado viviendo tu vida como un reflejo de la dependencia del Padre? ¿De qué manera has estado dependiendo de tus propias fuerzas, en lugar de dárselas al Señor?