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 <div class="chapter ch9" data-usfm="DAN.9.1+DAN.9.2+DAN.9.3+DAN.9.4+DAN.9.5+DAN.9.6+DAN.9.7+DAN.9.8+DAN.9.9+DAN.9.10+DAN.9.11+DAN.9.12+DAN.9.13+DAN.9.14+DAN.9.15+DAN.9.16+DAN.9.17+DAN.9.18+DAN.9.19">
 <div class="p">1El a&#241;o primero de Dar&#237;o, hijo de Asuero, de ascendencia meda y rey del imperio caldeo,#6,1; Est 1,1. 2el a&#241;o primero de su reinado, yo, Daniel, estuve investigando en las Escrituras sobre los setenta a&#241;os que ten&#237;a que permanecer Jerusal&#233;n en ruinas, seg&#250;n la palabra dirigida por el Se&#241;or al profeta Jerem&#237;as.#Jr 25,11-12; 29,10. 3Me dirig&#237; al Se&#241;or, mi Dios, implor&#225;ndole con oraciones y s&#250;plicas, ayunando, vestido de sayal y cubierto de ceniza. 4Supliqu&#233; al Se&#241;or, mi Dios, con la siguiente confesi&#243;n:</div><div class="p">&#8212;Se&#241;or, Dios grande y terrible, que conservas la alianza y la fidelidad con todos los que te aman y guardan tus mandamientos.#Ne 1,5-11; 9,5-37. 5Hemos pecado y cometido maldades. Somos culpables, pues nos hemos rebelado y hemos abandonado tus mandamientos y tu ley.#Ex 20,6; Lv 26,40; Dt 7,9. 6No hicimos caso a tus siervos, los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros pr&#237;ncipes, a nuestros antepasados y a toda la gente del pa&#237;s. 7T&#250;, Se&#241;or, eres justo, mientras que nosotros, la gente de Jud&#225;, los habitantes de Jerusal&#233;n y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todos los pa&#237;ses por donde nos dispersaste a causa de nuestra infidelidad hacia ti, nos encontramos ahora cubiertos de verg&#252;enza. 8Se&#241;or, tanto nosotros como nuestros reyes, nuestros pr&#237;ncipes y nuestros antepasados estamos cubiertos de verg&#252;enza, pues sabemos que hemos pecado contra ti. 9El Se&#241;or, nuestro Dios, es compasivo y clemente, aunque nos hayamos rebelado contra &#233;l 10al no obedecer al Se&#241;or, nuestro Dios, ni seguir las leyes que nos dio a trav&#233;s de sus siervos los profetas. 11Israel en masa ha transgredido tu ley, te ha dado la espalda y no te ha obedecido.#Ex 34,6-7; Lv 26,14-38; Dt 28,15-68; Jr 26,4; 44,2-6.</div><div class="p">Por haber pecado contra ti, han ca&#237;do sobre nosotros las maldiciones y amenazas escritas en la ley de Mois&#233;s, siervo de Dios. 12Cumpliste las palabras pronunciadas contra nosotros y contra nuestros gobernantes, desencadenando contra nosotros una calamidad de tales dimensiones que lo que le ocurri&#243; a Jerusal&#233;n nunca antes hab&#237;a ocurrido bajo el cielo.#Jr 1,12; 35,17; 36,31; Za 1,6. 13Nos ha alcanzado esta calamidad conforme a lo escrito en la ley de Mois&#233;s, pues no hemos aplacado al Se&#241;or, nuestro Dios, abandonando nuestras iniquidades y reconociendo tu fidelidad. 14El Se&#241;or no dud&#243; en desencadenar contra nosotros esta calamidad, ya que el Se&#241;or, nuestro Dios, act&#250;a siempre con justicia, pero nosotros no le hemos obedecido.</div><div class="p"> 15Ahora, Se&#241;or Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de Egipto con gran poder, gan&#225;ndote as&#237; una fama que todav&#237;a perdura, confesamos que hemos pecado y actuado injustamente.#Dt 26,8; Jr 32,20-21. 16Se&#241;or, en vista de la justicia que manifiestas en tus acciones, aparta tu ira y tu c&#243;lera de Jerusal&#233;n, que es tu ciudad, tu monte santo. Nuestros pecados y las iniquidades de nuestros antepasados han convertido a Jerusal&#233;n y a tu pueblo en objeto de escarnio entre nuestros vecinos.#Sal 44,13; 79,4. 17Escucha, Dios nuestro, la plegaria y las s&#250;plicas de tu siervo. Por tu honor, Se&#241;or, mira con buenos ojos tu santuario desolado.#Is 48,9-11; Jr 14,7-9. 18Se&#241;or, presta atenci&#243;n y escucha; abre los ojos y contempla la desolaci&#243;n de la ciudad en la que se invoca tu nombre. No te presentamos nuestras s&#250;plicas porque seamos justos, sino confiados en la grandeza de tu misericordia.#2 Re 19,16+.</div><div class="p"> 19&#161;Esc&#250;chanos, Se&#241;or! &#161;Perd&#243;nanos, Se&#241;or! &#161;Atiende y act&#250;a sin tardanza, Se&#241;or! Hazlo por tu honor, Dios m&#237;o, pues tu ciudad y tu pueblo invocan tu nombre.</div>
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DanielMuestra

Escritura

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