Una buena decisión

Podríamos pensar que vivir bien se trata de tener buenas cosas, tener riquezas, o tener un buen estatus dentro de la sociedad. Pero, realmente vivir bien es vivir correctamente, vivir haciendo lo que agrada a Dios, tanto en nuestra vida personal como en el impacto en los demás que están a nuestro alrededor.

La Biblia habla de dos tipos de mujeres: una que edifica y otra que destruye. Pero, también nos habla de dos tipos de hombres: uno que edificó bien sobre una roca y otro que edificó mal al construir sobre la arena; al no atender a la Palabra de Dios. Podemos ser de aquellos que edifican a otros y actúan de manera correcta con lo que Dios les ha dado, o podemos ser de aquellos que actúan mal y con nuestras propias acciones destruimos a otros y lo que Dios nos ha dado.

Hay algo que caracteriza el hacer las cosas bien, y como lo vemos en este versículo es la sabiduría (Pro. 4:7 PDT). Si queremos edificar, si queremos hacer el bien, si queremos hacer las cosas de la manera correcta, necesitamos sabiduría; porque nos damos cuenta de que al no estar la sabiduría, hay otra que está presente: la necedad, y el fin de esta no es nada bueno, como lo vemos en el versículo; su final es de destrucción.

El primer paso pues, es una decisión. Y como muchas de las cosas, lo más difícil es tomar la decisión de hacer algo, la decisión de renunciar a una conducta o un hábito. Pero, para poder ser sabios, tenemos que tomar la decisión en adquirir. Es decir, ser firmes y determinados en nuestro actuar para buscar la sabiduría que viene de Dios. Porque lo veremos más adelante, hay un engaño del ser humano que considera su propia sabiduría, pero hay una sabiduría que viene de Dios; y esa es la que hemos de buscar.

El versículo termina diciendo: "Usa todo lo que tengas para obtener sabiduría y la conseguirás". Y, realmente esto se refiere a que podamos hacer nuestro mejor esfuerzo para poder ser sabios en todas las decisiones que tomemos; porque al final, todo se resume en las decisiones. Actuamos de determinada forma porque así lo decidimos. El que actúa mal es porque así lo decide en su corazón, el que actúa bien es porque así lo decide. Una buena decisión es buscar ser sabios y comenzar a escuchar lo que Dios nos enseña a través de Su Palabra.

Oración:

Dios, te agradezco en este día por la oportunidad de leer Tu Palabra. Te pido que me des un corazón lleno de mansedumbre, y que pueda estar dispuesto a aprender de la sabiduría que Tú tienes. Hoy, quiero cambiar mi manera de pensar, y quiero que Tú la renueves con Tu Palabra. En el nombre de Jesús, ¡amén!