Siervos atentos que dan frutosMuestra

ATENTOS.

Génesis 18 muestra la visita de Dios a la casa de Abraham, un hombre que estaba sentado y que cuando vio al Señor que venía salió corriendo a recibirlo. Él quería confortar el corazón de Dios y sus acompañantes, ofreciéndoles hospitalidad, comida y servicio de limpieza de los pies. Un hombre que quería agradar el corazón de Dios. Muchas veces creemos que Dios no necesita nada de nosotros porque Él es poderoso y omnipotente y es cierto, pero le complace tener hijos que estén atentos a lo que Él siente y quiere hacer. A partir de la atención de Abraham, Dios empieza hablar con él y a contarle sobre lo que quería hacer a través de su casa. Y esa debería ser una de nuestras metas, saber lo que Dios quiere hacer con nuestras parejas y nuestros hijos.

La conversación con el buen siervo era tan especial que eventualmente la mujer de este también pudo escuchar la voz de Dios. Porque, cuando tenemos una relación profunda con Dios nuestros familiares en algún momento podrán escuchar la voz de nuestro Dios. Las personas atentas con Dios siempre saben lo que Dios quiere hacer, pero tambien están dispuestas a colaborar. Porque ya sabemos que Dios no nos necesita para hacer su obra, pero le place que colaboremos con Él, pero sin personas atentas Dios no puede revelar su voluntad.

Las personas atentas pueden ver las necesidades de otros, pueden estar preparadas para servir, los atentos conocen el flujo de la historia de Dios y no pierden de vista dónde Jesús va ni lo que Jesús dice.