Por Amor a SiónMuestra

Queremos ser movidos por las cosas que mueven el corazón de Dios. A lo largo de este devocional, hemos visto el corazón de Dios por Israel. Hoy, veremos ese mismo corazón por Jerusalén en la persona de Jesús, nuestro Señor, expresado en lamento y esperanza.

Lucas 13:34 captura el lamento de Jesús por Su pueblo, describe Su deseo como el amor de una madre por sus hijos, sin embargo, también puede ver la dureza de sus corazones y las consecuencias de sus acciones. También sabe que la historia no termina ahí. Como lo leímos en Deuteronomio 4:30-31: “No te abandonará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que Él juró a tus padres”. Jesús, después de expresar Su lamento, pronuncia una declaración cargada de esperanza: “No me volverán a ver HASTA que llegue el tiempo en que digan: BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR”.

Esto significa que Él vendrá el día en que Israel invocará y recibirá a Jesús como el Mesías anhelado. Viene un día en que Su entrada no será montado en una cría de asno, sino que entrará en gloria. Su procesión será un deleite para la nación y una respuesta a Su clamor. Juntos gritarán: “Bendito el que viene en el nombre del SEÑOR”. Y Jesús volverá en gloria y poder, montado sobre su caballo, en su muslo la inscripción “REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”, hará justicia, limpiará toda lágrima y reinará eternamente y todo Su pueblo junto a Él.

La historia no ha terminado, las cosas no se han salido de control para Dios, la maldad no prevalecerá, la dureza será quebrantada; lo que Dios se ha propuesto, eso será. Su palabra y Sus propósitos para Israel y las naciones son “Sí” y “Amén”.

Tómate un momento y, en oración, entra en acuerdo con los propósitos de Dios. Aun cuando no podemos comprender todos los detalles, aun cuando no sabemos con claridad los tiempos y las formas, aun cuando hay tantas cosas inciertas, una certeza se nos ha dado y, ante esta verdad descansamos, confiamos y accionamos: ¡DIOS ES BUENO! Hágase Tu voluntad, así en el cielo como también en la tierra. Amén.