Regalándolo todo…y recuperándolo de nuevoMuestra

El gozo de dar

Cuando ofrendamos a Dios, le estamos permitiendo “abrir las ventanas de los cielos” (Malaquias 3.10). Me temo, que algunos cristianos ven lo opuesto. Ellos piensan que van a terminar con menos si dan. Yo lo veo en términos de futura bendición. Necesito y quiero las bendiciones de Dios en mi familia. A medida que doy, parece que él nos baña con más y más bendiciones.

No estoy diciendo que deberíamos orar para que Dios abra las ventanas de los cielos y que podamos recuperar el dinero. Esa manera de pensar no está alineada con Dios. Hay más en la bendición de Dios que el dinero. Tenemos que deshacernos de esa mentalidad que se centra en montañas de dinero. La provisión de Dios para nuestras vidas puede venir en la forma de asistencia del cuerpo de Cristo (personas de tu iglesia) o en la forma de algún tipo de regalo, una oportunidad de trabajo. Mi madre dio obedientemente y con gozo, y Dios proveyó. Ella no se volvió rica de la manera en que el mundo lo define, pero construyó su tesoro en el cielo, mientras ella confiaba en que Dios proveyera en el aquí y en el ahora.

Déjame hacerte una petición. Confía en la palabra de Dios. Ponla a prueba. Estoy convencida de que si das un paso y sigues avanzando en la aventura de dar, no hay forma de que te decepciones. Te animo y desafío a que tomes el próximo paso. Tal vez sea un primer paso. Tal vez sea un paso más atrevido.

Aplicación: ¿Cómo podría un legado de gozo y generosidad tener más impacto que dar un negocio próspero o un montón de dinero en efectivo?