Abrumada por mis bendiciones (Parte 5)Muestra

Qué bendito grupo de mujeres... a menos que eches un vistazo a las redes sociales. ¡Entonces se desata el infierno!

¿Vacunas o no? ¿Parto natural o epidural? ¿Educación en casa o escuela pública? ¿Azotes o no? ¿Lactancia materna o biberón? ¿Destete dirigido por el bebé o alimentación con cuchara? ¿Y la alimentación? Podríamos escribir una página llena de opiniones y debates. Sin azúcar, sin lácteos, sin gluten, sin pesticidas, sin frutos secos, alimentados con pasto, ecológicos, bajos en grasa, bajos en carbohidratos, OMG, BPA, MSG. ¡Agh! Es demasiado. Todos tenemos opiniones, pero a veces esas opiniones pueden alienar y separar a los amigos. Somos conocidos por esto. Nuestras pasiones se llevan lo mejor de nosotros, y pronto pensamos que los demás necesitan creer de la manera en que lo hacemos nosotros.

¿Qué pasaría si permitiéramos que otras mujeres fueran quienes son? ¿Qué pasaría si en lugar de derribarnos unos a otros para sentirnos mejor, comenzamos a alentarnos y edificarnos mutuamente? ¿Qué pasa si dejamos de compartir nuestras opiniones santurronas con otras mujeres para hacernos ver bien, y simplemente guardamos nuestros pensamientos para nosotras mismas?

Las redes sociales hacen que esto sea difícil. Queremos ser incluidos en la conversación. Queremos ser escuchados. Pero, ¿realmente vale la pena? Necesitamos animarnos mutuamente en este concierto llamado maternidad. ¡Nos necesitamos unos a otros para sobrevivir!

Hoy, te desafío a animar a una amiga. No hay mejor manera de animarse a sí mismo, que animar a otro.

Envíe una nota manuscrita real en lugar de enviar un correo electrónico o un mensaje de texto rápido. Llévale su bebida favorita o un café con leche y pásate a darle un abrazo rápido, diciéndole lo buena madre que es. Prepárale una sopa o un guiso para el congelador. Ofrécete a quedarte con sus hijos para una cita nocturna con su marido. Sé creativa y busca formas de aportar valor a otras mujeres, a otras madres. Tus palabras edificantes importan y las mujeres de tu vida necesitan oírlas. Te sorprenderá el valor que añadirá a tu propio día.

Padre, sé que he estado atrapada en conversaciones que no debería haber estado, usando mi tiempo para cosas insignificantes. Sé que mis fuertes opiniones pueden haber sido hirientes para los demás. Que nunca más derribe a otro para edificarme. Ruego que mi corazón se agrande al saber que las palabras de aliento tienen mucho más valor que mi opinión sobre cualquier asunto. Muéstrame a la persona adecuada para animar hoy y prepara mi corazón para saber exactamente lo que hay que hacer y decir por ella. ¡Estoy emocionada por las posibilidades!