Mantente siempre conectado

Hemos fijado ya dos objetivos concretos y específicos para este nuevo año:

• Medita cada día en lo que leas en la Biblia.
• Haz cada día tus proclamaciones.

De hecho, es probable que, a lo largo del día, muchas veces te venga desánimo, miedo, confusión u otras sensaciones, y es importante que en esos momentos estés listos para proclamar con fe la Palabra de Dios.

Esas promesas constituyen parte de nuestro escudo de la fe, sobre el cual la Palabra nos anima diciendo: "Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno" (Efesios 6:16).

Sí, ese escudo es vital para nosotros, y tenemos que estar listos para usarlo siempre, en cualquier momento.

No solo en un momento de oración por la mañana, sino en cada momento del día, y sobre todo cuando nos sentimos atacados por las tinieblas.

Nuestra victoria, de hecho, se fundamenta en nuestra habilidad de permanecer conectados a Dios en cada momento.

Eso es en el fondo lo que llamamos "orar": es tener un diálogo con Dios, una conversación viva con Él.

Cuando hablas con Dios de una manera más consistente y le haces parte de tu día a día, Él empieza a invadir y a transformar tu realidad. ¡Este es el poder de la oración!

Nuestro tercer objetivo para este año, por tanto, es este: "Habla más con Dios".

No sé cuánto hablas con Dios en oración, ni de qué forma lo haces, pero siempre podemos mejorar en este punto.

Querido/a amigo/a, que este año esté marcado por una conversación viva, constante, real con Aquél que más te ama, con Aquél que ha dado Su vida por ti en la cruz.

¡Eres un Milagro!

Christian Misch