El Diario De Un CristianoMuestra

Querido Dios:

Sí, soy yo otra vez. Seguro me estabas esperando ya que siempre hago lo mismo, irme y volver arrepentido. Pero créeme, Señor, no lo hago porque quiera, es que a veces no puedo controlarlo. No sé ni cómo explicarlo, pero sé que me entiendes. Honestamente, estoy avergonzado, hace tiempo que quería escribirte pero no sabía cómo, sentía que estabas molesto conmigo y que no merecía tu tiempo. Pero sé que ese no es el caso, que es mi sentimiento de culpa y el enemigo que me me mantienen lejos de ti. Cada día ponía excusas para no hablar contigo, pero estoy aquí, sin saber muy bien qué decir o hacer. Sé que lees mis emociones y pensamientos, y me tranquiliza saber que me comprendes. Dios, te pido que me ayudes en cada paso que dé desde ahora en adelante, ayúdame a vencer el desánimo, la vergüenza, el orgullo y la malicia y a ser constante en escribirte cada día.